Hablemos sobre la nube
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Pero, ¿de que se trata este servicio que revoluciona la forma de almacenar y procesar información en todo el mundo? En término simples, estamos frente a un sinnúmero de servidores interconectados que ofrecen, a través de Internet, la posibilidad de guardar infinita cantidad de información y ejecutar todo tipo de tareas, desde un procesador de texto, un antivirus o servicios de e-mail.
Grandes jugadores del sector tecnológico ya prestan este servicio (Google Apps, Amazon EC2, eyeOS y Microsoft Azure) tanto a empresas de todos los tamaños como a clientes particulares. Alex Rodríguez Torres, Product Marketing Manager de Google, asegura que «para ingresar al mundo de la computación en la nube sólo es necesario un dispositivo con conexión a Internet. A partir de ello, el usuario tendrá accesibilidad, interconectividad y facilidad de uso desde cualquier lugar del mundo».
Si bien la nube significa un cambio de paradigma en todos los niveles de trabajo sobre una computadora, el servicio es especialmente beneficioso para las empresas. Desde el punto de vista de Joel Chornik, Ceo de Elserver.com, una de sus principales ventajas es que «ofrece la posibilidad de acceder a la capacidad de procesamiento de miles de servidores a bajo costo». Es este sentido, pequeñas y medianas empresas tienen la posibilidad de ahorrar eliminando los sistemas de almacenamiento en el lugar de trabajo y migrar la información a la nube.
Por otra parte, tener nuestra información en la nube puede ahorrarnos muchos dolores de cabeza. Como explica Alex Rodríguez Torres, en el caso de sufrir el robo de una computadora, no será mayor problema recuperar la información. «Todo está en el ‘cloud’. Nadie puede robar los datos, solo el ordenador», asegura. No obstante, la posición de muchos expertos es la de «no poner todos los huevos en la misma canasta» y poseer un «backup» de los datos más importantes en dos o tres lugares distintos, ya sea en la nube, en un disco rígido o en un pendrive.
Sin embargo, a la hora de pensar en tener toda la información personal o los datos sensibles de una empresa flotando en Internet, sobresalen algunos puntos grises. Por un lado, se cuestionan los niveles de seguridad que pueden ofrecer los diversos servicios. Por otro, el espacio donde se almacena la información deja de ser propio (del que la produce) y entran en juego temas de privacidad.
Respecto a la seguridad en la nube, Marcelo Pizani, Gerente de Productos de la empresa de antivirus Panda, asegura que «los principales obstáculos que encontramos a la hora de hablar de seguridad en la nube son el desconocimiento, la desinformación y el temor. En las empresas, esto sucede particularmente por los aspectos de confidencialidad». Si bien las compañías tienen en claro que su información esta circulando constantemente en la Web, Pizani cree que «no es lo mismo que circule en el aire o en el medio, que volcar la confianza de sus datos a un proveedor que trabaje en la nube».
«En las empresas, hay una necesidad de blindaje permanente y temor a abrirse a Internet. Creo que con el tiempo esto se va a modificar y la seguridad va a ser la encargada de brindar esa confianza», estima.
En relación al miedo y la desinformación, Joel Chornik plantea una analogía: «Si bien la cantidad de muertos en accidentes de tránsito en automóviles es mucho mayor a la de muertos por accidentes en aviones, cuando se cae una aeronave sale en todos los diarios. Pues bien, con los problemas de seguridad en la nube ha ocurrido lo mismo».
Más allá de las variables controlables por las empresas proveedoras del servicio, como ofrecer altos niveles de seguridad y disponibilidad el 99,9% del tiempo, hay situaciones que dependen del usuario y, por allí, pueden llegar las debilidades en materia de seguridad. Como en otros muchos ámbitos de la vida cotidiana, la nube requiere de una contraseña ysi no es confeccionada con robustez, pueden aparecer graves problema a la hora de mantener la información segura.
En noviembre de 2009, unos 30.000 usuarios se vieron afectados luego de que las contraseñas de sus correos electrónicos de Hotmail, Gmail y Yahoo fueran robadas y colgadas en un foro online. Para sorpresa de muchos, en el top 5 de claves sustraídas se encontraban 123456, abcdef o similares.
«La elección de una contraseña es uno de los puntos más débiles», explica Marcelo Pizani. «Hay una situación socio-tecnológica, las personas deben memorizar muchos usuarios y contraseñas. Entonces, hay una tendencia a buscar las soluciones mas practicas, que en este caso son las peores. Usar la misma contraseña para muchos servicios, dejarlas anotadas en un papel o, la peor de todas, guardarla en los teléfonos celulares. Para hacer las contraseñas más seguras hace falta información», dice el gerente de Panda.
En este sentido, Alex Rodríguez Torres está seguro que «el conocimiento es el que da la posibilidad de saber como funciona la tecnología y este es el principio de la solución». «Nosotros en Google damos pautas a seguir de como debe ser una contraseña robusta. Ahora, dejar ‘logeado’ un ordenador es como dejar firmado un cheque en blanco», agrega.
Otro de los temas álgidos cuando hablamos de computación en la nube es la propiedad de la información. ¿Que pasa con los datos que son subidos a un servicio de nube? Desde las empresas proveedoras insisten con que «la información es 100 por ciento del cliente» y que «así como se sube, se baja». Sin embargo, todavía no existen reglas claras en materia de legislación, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial.
En este sentido, Joel Chornik esta seguro que «la perdida de fronteras de la información implica la necesidad de jurisprudencias para allanar el camino. Hoy no hay reglas claras en cuanto a leyes». Por su parte, desde Panda, Marcelo Pizani ve con temor los pocos avances en la materia. «Recién hemos aprobado la ley de delitos informáticos en la Argentina. A nivel mundial falta avanzar en cuanto a normas que estipulen que pasa con los datos que circula por Internet, quien la protege y en quien pudo depositar mi confianza o pedir ayuda si es que la necesito», comenta.
Si bien miles de compañías y usuarios ya utilizan la nube a nivel global, estamos frente al año que podría traer la consolidación del servicio en Latinoamérica. En tiempos de recuperación post crisis, apostar al «Could computing» suma a la hora de asignar recursos de forma inteligente y ahorrar. No obstante, las cuestiones de seguridad y privacidad dependerán tanto del contrato que ofrezca el proveedor, como del conocimiento y la conciencia del usuario.