La formación profesional es clave para la transformación de las industrias
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Por: Nancy Velásquez V., PHDc Industria 4.0 y ciberseguridad.
A nivel mundial, reconocidas empresas están implementando la industria 4.0. Adidas, Volswagen, la división de plásticos de Continental, Schneider Electric, pero también aquellas, empresas proveedoras de soluciones para Industria 4.0 como Siemens y Bosch.
En Ecuador, desde el año 2017, existen valiosas iniciativas, bajo el proyecto “Ecuador 2030”, o la conformación del Comité de Industria 4.0 de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Alemana. En diversos foros, seminarios y eventos se habla sobre la Industria 4.0, y proyecto como “Smart Agro” de Telefónica Movistar y la Organización de la ONU para la alimentación y la Agricultura (FAO), pero no se dispone de una política relacionada con este tema, ni una herramienta que proporcione datos formales para diagnosticar el nivel de madurez de la industria ecuatoriana frente a la Industria 4.0.
El sector productivo ecuatoriano propuso un modelo formado por 6 ejes para impulsar la productividad, competividad y el crecimiento económico. Entre estos ejes, constan el “Capital Humano” y la “Innovación”. El primero se refiere a la educación y competencias profesionales, mientras que el eje de Innovación a la “Adopción y desarrollo de TICs, transferencia tecnológica e Inversión” lo que nos lleva a reflexionar sobre la educación como un aspecto clave para la transformación de las industrias mediante la digitalización.
La industria 4.0 interconecta el área de operaciones (OT, por sus siglas en inglés) de las industrias con el área de tecnología de la Información (TI) provocando que los profesionales de Operaciones necesiten profundizar sus conocimientos en tecnologías de la información, mientras que los profesionales de Tecnologías de la Información deben conocer las características propias de las industrias y sus prioridades, por ejemplo, el tiempo de latencia y la resilencia. Esta situación constituye un reto para estos profesionales y surge la necesidad de que se capaciten en las tecnologías disruptivas que intervienen en la Industria 4.0, y en aspectos de materiales, warehouse management, logística inversa, lean manufacturing, etc.
Dentro de este contexto, los industriales siente la presión de actualizar su forma de fabricación, pero se dificulta encontrar en el mercado profesionales con el conocimiento de las nuevas tecnologías como arquitectos de datos, especialistas en gobierno de datos, ingenieros en robótica, expertos en metodologías ágiles, y competencias como creatividad, innovación, trabajo multidisciplinario, pensamiento crítico, autoaprendizaje activo, resilencia, tolerancia al estrés y flexibilidad, liderazgo, gestión positiva al cambio; así como un excelente estado físico, psicológico y control de emociones que son las diferenciadoras del ser humano de los robots, en este un mundo digitalizado.
Según el informe del Foro Económico Mundial 2020 sobre el “Futuro del trabajo”, “para el 2025, 85 millones de trabajos pueden ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas y 97 millones de nuevos roles pueden surgir”provocando una acelerada pérdida de empleos tradicionales ahondada por la pandemia de la COVID 19, mientras aparecen otros, relacionados con la computación en la nube, la ciberseguridad, el IoT, el análisis de datos, inteligencia artificial aplicada, bioinformática, etc. sumada al trabajo remoto y capacitación online, confirmando que la Cuarta Revolución Industrial continua siendo prioritaria para los lideres empresariales.