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“La confianza y la empatía permiten superar los desafíos más complejos” 

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Desde pequeña, Soledad Salazar soñaba con ayudar a las personas. No imaginaba entonces que encontraría en la Seguridad de la Información una forma de hacerlo. Actualmente es Líder de Seguridad de la Información en Leterago del Ecuador. 

Nacida en Loja, estudió Ingeniería en Sistemas en su ciudad natal y dio sus primeros pasos profesionales en el área de soporte de una empresa minera, así como en desarrollo de software y consultoría. Sin embargo, fue durante su proyecto de tesis, enfocado en fortalecer la seguridad de la información en pequeñas empresas basadas en COBIT5, que descubrió su verdadera vocación. “Ahí entendí que podía combinar mi conocimiento con el propósito de ayudar y servir a otros”, señala. 

Tras graduarse, decidió mudarse a Quito. “Amo Loja, es una ciudad hermosa, pero buscaba oportunidades laborales en tecnología, que en ese momento eran limitadas.”, cuenta. Desde hace 11 años vive en la capital, una ciudad que la ha acogido con los brazos abiertos y de la cual hoy está enamorada. 

El cambio no fue sencillo. Dejar atrás su entorno familiar y comenzar desde cero en un nuevo lugar representó un verdadero reto. “Fue un proceso de adaptación que me enseñó a ser resiliente, a confiar en mis capacidades y a crecer tanto personal como profesionalmente”, afirma. 

A lo largo de su carrera, Soledad no dejó de formarse. Tras graduarse, continuó su educación con una maestría que profundizó su conocimiento en seguridad informática. Esto le permitió perfeccionar su visión estratégica y comprender aún más las complejidades del entorno digital actual. “La maestría fue un punto clave, porque allí no solo adquirí conocimientos técnicos, sino que también comprendí la importancia de la seguridad desde un enfoque más global, integral y estratégico”, comenta. 

Soledad Salazar ha encontrado inspiración en líderes que marcaron su camino. “He tenido jefaturas que fortalecieron muchas áreas de mi vida profesional, pero destaco especialmente a mi jefe actual, cuyas enseñanzas están ligadas a la lealtad, al compromiso con el crecimiento y el bienestar del equipo”, comenta. 

Uno de los aprendizajes que más valora es la importancia de generar confianza y empatía en los equipos, especialmente en momentos de presión. “Cuando hay bloqueos o situaciones difíciles, me repito a mí misma que todo se resuelve paso a paso, con calma y sin perder de vista el objetivo”, dice. 

Desde su rol en el ámbito de la Seguridad de la Información, Soledad tiene una frase que repite con frecuencia: “Que no nos haya pasado, no significa que no nos vaya a pasar”. Este principio guía su visión estratégica sobre la protección de los activos y las personas dentro de la organización. “Mi mayor aprendizaje ha sido estar siempre alerta, incluso ante los riesgos que parecen más insignificantes”, afirma. 

Uno de los desafíos constantes en este campo es lograr que la seguridad deje de verse como un obstáculo y se perciba como un facilitador. “Me ha tocado liderar procesos de concienciación en equipos donde no se entendía su importancia, y ver cómo poco a poco cambia esa cultura ha sido muy gratificante.” 

Sobre su estilo de liderazgo, lo define como equilibrado. Es flexible, pero no permisiva. Realiza un seguimiento cercano de los avances, los entregables y del estado del equipo, no solo en lo técnico, sino también en lo humano. “Motivar, cuidar y exigir son tareas que deben ir de la mano. Un equipo fuerte necesita sentirse respaldado, pero también desafiado a mejorar.” Cuando lidera, busca que cada persona se sienta valorada y motivada. “La confianza y la empatía permiten superar los desafíos más complejos”. 

A sus 35 años, Soledad Salazar afirma que ser joven y mujer nunca ha sido una barrera para desarrollarse en áreas tecnológicas. “Siempre he sentido que se ha valorado mi trabajo, mi entusiasmo y mis capacidades. En los lugares donde he trabajado, el reconocimiento ha llegado por lo que hago, no por si soy hombre o mujer”, comenta. 

Cree firmemente en el talento sin etiquetas. “Las personas, más allá del género, tenemos capacidades que simplemente hay que identificar y potenciar. Todos podemos aportar”, sostiene. A pesar de ello, reconoce que aún hay pocas mujeres en el campo de la Seguridad de la Información. 

Más allá del trabajo, Soledad Salazar ha aprendido a organizar su tiempo para equilibrar sus actividades profesionales y personales. “Me gusta despertarme temprano y hacer deporte. Es una forma de empezar el día con energía, me despeja y me ayuda a desconectarme”, cuenta. 

También le apasiona aprender cosas nuevas: actualmente cursa un doctorado, toma talleres en línea y explora distintos temas que la desafían intelectualmente. “Siempre hay algo nuevo por aprender, me motiva sentir que avanzo y descubrir cosas que me retan”, dice. Otro de sus pasatiempos favoritos es compartir tiempo con su mascota, así como pintar mándalas, ver películas de romance y tecnología, viajar y estar en contacto con la naturaleza. “Estas son actividades que me desestresan y me permiten reconectar conmigo misma”. 

Aunque no se considera fanática de la cocina, cuando se anima a preparar algo, elige recetas que la conectan con sus raíces y su familia. “Me encanta recordar ese sabor a hogar. Mi abuelita me manda productos de Loja y preparo alguna receta que solía disfrutar. Así siento ese calor de hogar”, dice con una sonrisa. 

Otro de los intereses de Soledad es la lectura. Actualmente está enganchada con El Cisne Negro, de Nassim Nicholas Taleb, un libro que, aunque no trata directamente sobre seguridad de la información, le ha dejado enseñanzas valiosas. “Habla sobre cómo adaptarse y beneficiarse de lo inesperado. Este libro me ha enseñado que, en lugar de resistir el caos, podemos adaptarnos para prosperar en medio de él”, reflexiona. Otro libro que recomienda es David y Goliat de Malcolm Gladwell, que hace énfasis en la parábola bíblica y muestra cómo pequeños cambios pueden generar grandes impactos. 

Para Soledad Salazar, mudarse de ciudad fue un punto de quiebre. Dejar a su familia, su entorno y todo lo conocido para empezar de cero en un nuevo lugar fue uno de los mayores desafíos de su vida. “Fue retador. Cambiar de entorno me sacó de mi zona de confort y me enseñó que no debía conformarme. Me impulsó a crecer, a perseguir mis metas, y poco a poco, las estoy alcanzando”, asegura. 

Hoy se siente orgullosa de su camino y de poder ayudar a otros desde su profesión. Actualmente forma parte de comunidades como Ciberwarmi, una red que promueve la participación femenina en ciberseguridad en Ecuador. También pertenece a Women CISO, un espacio internacional que le ha permitido ampliar su visión sobre el liderazgo femenino en tecnología. “A veces uno cree que sus retos son grandes, pero al escuchar a otras personas te das cuenta que hay desafíos enormes”. 

Datos de interés 

  • · Estado civil: soltera 
  • · Pasatiempos: viajar, pintar, hacer ejercicio, películas. 
  • · Lecturas: Cisne Negro de Nassim Nicholas Taleb, David y Goliat de Malcom Gladwell. 

Hitos profesionales 

  • · 2023 – actualidad: Líder de Seguridad de la Información en Leterago. 
  • · 2020-2023: Auditor de IT ciberseguridad en Grupo Pichincha. 
  • · 2018-2020: Consultora en Oncedev. 
  • · 2015-2018: Ingeniera de Release. 
  • · 2014-2015: Ingeniera de soporte, Ecuacorriente 
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