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“Seguiré aprendiendo, innovando y ayudando”

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Jefferson Beltrán ha logrado combinar de forma natural el rigor técnico, la visión estratégica y una profunda vocación humana en el sector financiero desde hace 25 años. Lidera las áreas de Procesos, Proyectos y Tecnología de la Información, así como las prioridades de Agilidad Empresarial y Data Driven + Tech en Mutualista Pichincha. Además, es docente universitario de pregrado y posgrado, con más de 25 años de experiencia en la Universidad Central del Ecuador.

Equipo de Tecnología de Mutualista Pichincha

Beltrán ha dedicado su vida a innovar, liderar equipos y contribuir al crecimiento organizacional con soluciones centradas en las personas. “A lo largo de mi carrera, he aprendido que los proyectos más exitosos no son necesariamente los más complejos, sino aquellos que realmente resuelven problemas concretos y mejoran la vida de las personas”, comenta.

Desde sus inicios, Jefferson ha demostrado un espíritu y pasión por el conocimiento y los desafíos. “Cuando decidí estudiar Ingeniería Informática, aún no había tenido acceso a una computadora, pero tenía la visión de que sería una carrera con un gran futuro”, recuerda. Esa intuición se convirtió en una carrera académica que incluyó estudios en Matemática, una Maestría en Gestión Informática Empresarial, un Doctorado en Tecnologías Informáticas y Comunicaciones, y un Postdoctorado en Educación, Tecnología e Investigación. “La combinación de Matemática e Informática fue un acierto estratégico. Hoy, con el auge del Big Data Analytics, la Ciencia de Datos y la Inteligencia Artificial, veo que tomé una decisión visionaria”, reflexiona.

Más allá del ámbito empresarial, en 2022 Jefferson, junto a otros líderes del sector financiero, fundó la Red IT SFPS, que hoy reúne a cerca de 100 profesionales de Tecnología y Seguridad de la Información del Sector Financiero Popular y Solidario. “Queremos fortalecer el sector mediante la colaboración y el intercambio de conocimientos y experiencias acumuladas. Buscamos que las áreas de tecnología y seguridad se conviertan en motores estratégicos dentro de las organizaciones”, señala. La red se ha convertido en un espacio de colaboración y aprendizaje colectivo.

A nivel profesional, uno de los momentos más críticos ocurrió durante una migración de servidores y la base de datos core de la institución. “Nos habíamos preparado durante semanas, pero casi por terminar, surgieron problemas que ponían en riesgo la operatividad de la organización. La decisión fue difícil, pero opté por hacer un rollback. Priorizar la estabilidad por sobre los plazos fue la decisión más acertada”, rememora Jefferson. Esta experiencia aportó a su enfoque basado en la gestión del riesgo y la resiliencia, algo que se ha vuelto aún más relevante desde que fue diagnosticado con vasculitis, una enfermedad incurable, autoinmune rara.

Al respecto, Jefferson se ha hecho múltiples cuestionamientos: “La vasculitis cambió mi forma de ver la vida. Pasé de preguntarme “¿por qué a mí?” a “¿para qué a mí, Dios tiene algún propósito conmigo?”. Y de esta situación tiene un cúmulo de aprendizajes: “Me enseñó a escuchar a mi cuerpo, a vivir día a día como si fuera el último con paz, tranquilidad y optimismo desde un ángulo más empático y resiliente”.  Además, comparte con sinceridad que se dio cuenta que podía usar esta experiencia para crear conciencia y conocimiento sobre las enfermedades raras como la vasculitis en Ecuador.

Hoy, Jefferson está impulsando la creación de la comunidad Vasculitis Ecuador, una fundación que busca dar visibilidad a esta enfermedad desconocida, conectar a pacientes y ofrecerles un espacio para compartir sus vivencias, y la creación de un sitio web para tener registro de pacientes con enfermedades raras. “Necesitamos saber quiénes y cuántos somos, solo unidos seremos visibles para que se creen políticas públicas, así como la actualización del listado de enfermedades catastróficas, raras o huérfanas del Ministerio de Salud, mejorando así la calidad de vida”.

En el plano personal, Jefferson encuentra un equilibrio en actividades sencillas que le conectan con sus raíces. Disfruta viajar con su familia, conocer personas y sus culturas, nuevos sabores, sonidos y paisajes, también les gusta jugar con su mascota Jack y cuidar las plantas. Estos espacios le permiten relajarse, reflexionar y reconectarse. También disfruta jugar tenis de mesa, un deporte donde libera tensiones y se mantiene activo; además, le gusta de escuchar música, especialmente los clásicos de los 80, 90 y 2000.

Desde hace 25 años, Jefferson lidera un proyecto solidario que refleja su compromiso social. Junto a su familia, alumnos, amigos y con el apoyo de empresas como Mutualista Pichincha —que dona computadoras y mobiliario— organiza un agasajo navideño en escuelas de comunidades remotas, así como en albergues de adultos mayores y personas en situación de vulnerabilidad. “Ver la sonrisa de los niños y abuelitos a quienes llegamos es el mejor regalo”, comenta. Esta experiencia también se convierte en una lección de vida para sus alumnos, quienes comprenden el valor de servir sin esperar nada a cambio. “Me gusta pensar que, de alguna forma, estoy plantando una semilla que algún día ellos también podrán regar”, añade.

Jefferson se considera un ávido lector y un constante aprendiz en temas como matemática, tecnología, inteligencia artificial, innovación, agilidad, liderazgo y estrategia. Entre sus libros favoritos menciona “Innovar: Un manifiesto de acción” de Luis Pérez-Breva y “Más allá del miedo: Cartas a Alvarete” de Álvaro Villanueva. De estas lecturas ha aprendido que la innovación no depende de grandes recursos ni de ideas disruptivas, sino de la actitud personal y la capacidad de actuar; y que siempre hay motivos para seguir adelante y encontrar felicidad, incluso en los momentos más oscuros.

Sin embargo, su libro favorito sigue siendo La Biblia, que considera una fuente inagotable de sabiduría y fortaleza.

Más allá de los títulos, los proyectos y los logros, Jefferson Beltrán se define como un hombre de familia. Recuerda con gratitud las enseñanzas de sus padres: “De mi madre heredé valores como la honestidad, el respeto y la responsabilidad; y de mi padre, el liderazgo social, el amor por las ciencias y la convicción de no rendirnos en la búsqueda de nuestros sueños”.

Su mayor inspiración es su hija, a quien llama cariñosamente Kamy. Le encantan las manualidades, el dibujo, toca el violín y siente pasión por la ciencia, especialmente por la química. “Cada vez que la veo, recuerdo la importancia de persistir y seguir adelante”, dice Jefferson con emoción.

Cuando le preguntamos por sus próximos pasos, Jefferson responde con convicción: “Seguiré aprendiendo, innovando y ayudando”. Para él, la tecnología es un medio para transformar vidas, una herramienta que impulsa el progreso y las conexiones humanas. Él mismo es un reflejo de esa visión. “Si puedo dejar un legado que inspire a otros a seguir su pasión con propósito y a alcanzar sus sueños, incluso ante los desafíos más duros, ese será mi mayor logro”, concluye.

Datos de interés:

  • Estado civil: casado
  • Hijos: 1
  • Pasatiempos: Lectura de innovación, matemática, inteligencia artificial, liderazgo; jugar tenis de mesa.
  • Libros sugeridos: “Innovar: Un manifiesto de acción” de Luis Pérez-Breva y “Más allá del miedo: Cartas a Alvarete” de Álvaro Villanueva.

Hitos profesionales

  • 2015 a actualidad: Gerente de Tecnología y Sistemas de Información en Mutualista Pichincha
  • 2004 a 2015 Jefe de Sistemas en Mutualista Pichincha
  • 2000 a 2003 Analista Programador en Mutualista Pichincha
  • 2000 a actualidad: Docente titular en Universidad Central del Ecuador

 

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