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Datos que permiten tomar acción: saber anticiparse frente a las amenazas.

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Por Marco Cevallos, Director de Estrategia de IST AMERICAS

Hoy, el campo de batalla se desarrolla en la superficie digital. Mientras las amenazas digitales evolucionan a una velocidad alarmante, existen organizaciones que buscan todavía salir de los controles tradicionales y “recetas” del pasado. La capacidad de inteligencia de amenazas, es actualmente una capacidad fundacional que debe fortalecer la estrategia de seguridad de una compañía. No es una herramienta; es el centro neurálgico de la defensa moderna.

En Ecuador, y en gran parte de la región, este concepto aún está madurando de manera general según el sector empresarial. Aunque sectores como el financiero han dado pasos concretos y exitosos, aún existen organizaciones que aún no aprovechan el verdadero potencial de una estrategia de inteligencia proactiva. Lo que está en juego no es menor: el costo de no anticiparse puede traducirse en gastos operativos no planificados e interrupciones en el servicio, daño reputacional, entre otros.

Inteligencia accionable: más allá del uso de “Threat Feeds”.

Contratar fuentes de inteligencia es fácil. Pero aprovechar esa información de manera automatizada y oportuna es lo que separa a las organizaciones reactivas frente a eventos de amenaza, de las verdaderamente proactivas. La capacidad de inteligencia de amenazas debe ser, en resumen, un motor que genera acciones, no un repositorio de datos.

El proceso de Inteligencia de Amenazas posee varias fases, entre las que se encuentran pasos estratégicos iniciales, procesos de monitoreo de amenazas en el ciber espacio, triage de patrones de comportamiento, robustecimiento de los controles, entre otros. El paso inicial de implementación de esta capacidad, se resumen en la definición de un plan que permita a la compañía definir los principios, estrategias y tácticas que van a ser parte de la capacidad de inteligencia dentro del plan estratégico de seguridad, fortaleciendo el principio de anticipación, no el de detección o respuesta.

Sin embargo, el factor clave de este apartado es que la información de inteligencia genere acciones concretas en los controles de detección y contención de amenazas. A esto le llamamos: inteligencia accionable. Está capacidad proactiva genera ahorro en el presupuesto de controles y al facilitar la anticipación contra amenazas, reduce drásticamente el volumen de alertas en el SOC y el stress del equipo de ciber defensa en la detección y contención de amenazas.

Errores que cuestan caro

Hay tres errores comunes que suelen ser comunes cuando una compañía quiere abordar o implementar la capacidad de anticipación en sus primeras fases de adopción:

1. Saturación debido al exceso de fuentes abiertas, generando demasiados falsos positivos y agotamiento en los analistas de ciber seguridad. Algunas organizaciones suelen integrar decenas de “threat feeds” en un repositorio, en el que se realiza un agrupamiento de Indicadores de Compromiso

2. Ingesta indiscriminada de datos en firewalls, SOCs o EDRs sin depuración previa o un triage especializado, entorpeciendo la operación. El triage suele realizarlo un equipo de analistas que no piensan como atacantes, y eso genera falsos positivos.

3. Reducción de la inteligencia a herramientas o IOCs, sin una estrategia ni objetivos claros, provocando abandono prematuro por falta de resultados tangibles. No existe inteligencia accionable, solo suscripción de fuentes de inteligencia.

Cada industria tiene sus amenazas particulares y cada una necesita su propia estrategia de inteligencia.

Investigar de forma genérica es un problema que genera un gasto de recursos excesivo y genera distracción del equipo de blue team. Una estrategia efectiva requiere fuentes filtradas por sector y un triaje riguroso que permita priorizar y actuar. Y aquí es donde contar con un socio experto marca la diferencia.

La automatización también juega un rol crucial: sin ella, el ciclo de vida de la inteligencia simplemente no escala. Pero automatizar sin experiencia también puede ser contraproducente. El equilibrio está en la combinación de tecnología, metodología y talento humano.

La experiencia no se improvisa: el modelo IST AMERICAS

En IST AMERICAS acompañamos a más de 90 organizaciones en la construcción de inteligencia real en países como EEUU, Panamá, República Dominicana, Colombia, Ecuador y Bolivia. Lo hacemos desde la recolección y análisis, hasta la automatización y aplicación concreta. Con presencia en seis países y colaboraciones con organismos de defensa, hemos consolidado un modelo robusto que mezcla simulación de amenazas, IA y un laboratorio especializado que evoluciona cada semana.

Claves para una inteligencia que realmente funcione:

Nuestro modelo combina 50% automatización tecnológica y 50% inteligencia operada por expertos en seguridad ofensiva. Aplicamos IA para procesar datos, automatizar triage, acelerar la detección y activar respuestas.  Entre nuestros servicios:

Conclusión

La inteligencia de amenazas no es una herramienta, es una capacidad basada en estrategia que integra diferentes capas de control de nivel táctico.

En IST AMERICAS estamos convencidos de que el futuro de la ciberseguridad no está en reaccionar más rápido, sino en anticipar con mayor precisión. ¿Estás listo para transformar los datos en acciones?

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