La estrategia de gestión de la demanda e innovación aporta al éxito de los departamentos comerciales
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Mauricio Carrera, Subgerente de Innovación y Proyectos, de Tecniseguros
La gestión de la demanda y la innovación son dos conceptos estrechamente relacionados que juegan un papel crucial en el éxito de los departamentos comerciales y de marketing. La innovación es un proceso dinámico y continuo que debe ser gestionado de manera efectiva, desde su ideación hasta su implementación exitosa. La gestión de la demanda, por otro lado, ayuda a las empresas a comprender y predecir las necesidades de los clientes, y priorizar los proyectos en función de su complejidad, beneficios e impacto en los procesos empresariales.
Para fomentar una cultura de innovación abierta, es importante involucrar a todos los colaboradores de la empresa en la generación de ideas y la co-creación de soluciones innovadoras. Esto implica un enfoque colaborativo y multidisciplinario, que va más allá de las ideas del departamento de TI o de los altos cargos de la gerencia.
La innovación en productos, servicios y procesos de ventas es un diferenciador clave en la competencia y ayuda a mejorar los resultados. Para lograrlo, se debe enfocar en un segmento de mercado o grupo de clientes con potencial de crecimiento y rentabilidad para la empresa, también en la diferenciación, para que el cliente perciba un producto o servicio como único en diseño, calidad, imagen, marca, entre otros. Además, se debe tener en cuenta el liderazgo en costos, especialmente para los consumidores sensibles al precio, sin comprometer la calidad del producto o servicio.
Para mejorar la gestión de la demanda y la capacidad de innovación en el marketing y las ventas, se pueden utilizar diversas tecnologías emergentes, como Big Data, inteligencia artificial, analítica avanzada para desarrollar estrategias proactivas para enfrentar posibles eventos positivos o adversos a los intereses de la compañía o los clientes. Sin embargo, es importante desarrollar una estrategia sólida que permita identificar oportunidades, priorizar proyectos innovadores y concentrar esfuerzos en el cliente y en la generación de valor.
De esta manera, se evita caer en la tentación de utilizar tecnologías avanzadas para realizar las mismas tareas que se hacían anteriormente. En su lugar, se identifican las oportunidades en los procesos y las tecnologías necesarias orientando los esfuerzos en la priorización de proyectos innovadores, maximizar el uso de herramientas disponibles y ofrecer soluciones que beneficien tanto a la organización como a los consumidores.
La implementación de una estrategia de gestión de la demanda e innovación puede enfrentar resistencia en la organización, por lo que es importante trabajar en el cambio de mentalidad de los colaboradores y fomentar una cultura de innovación. Esto implica involucrar a todos los colaboradores en laboratorios y concursos de innovación, que permitan la generación de ideas innovadoras y su implementación en proyectos ajustados a la estrategia de la empresa.
En definitiva, la gestión de la demanda y la innovación son cruciales para mantener niveles de competitividad y satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes. Fomentar una cultura de innovación abierta, utilizar tecnologías emergentes y desarrollar una estrategia sólida de gestión de la demanda e innovación son elementos clave para el éxito de los departamentos comerciales y de marketing en cualquier empresa.