Redes modernas y flexibles al cambio: la puerta al éxito de los negocios
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Por Andrés Santamaría, director general para América Latina de Aruba, una compañía de Hewlett Packard Enterprise
Las áreas de TI empresariales en la región de LATAM pasan por uno de los momentos más retadores actualmente: aparte de la escasez de personal capacitado en redes, en parte a causa de la “Gran Renuncia” (fenómeno social que surgió hace poco más de un año, cuando se detectaron renuncias masivas que se adjudican al drástico cambio de mentalidad a partir de la pandemia, que llevó a muchos empleados y profesionales a replantearse sus prioridades), está el vertiginoso giro que han dado las dinámicas empresariales hacia un modelo de trabajo híbrido, permeado por mayor movilidad, el uso de cada vez más y más variados dispositivos, y la necesidad de una mayor seguridad, dado el boom de amenazas que existen.
Para lograr salir adelante de estos retos, hay que apoyarnos en socios de negocio comprometidos con la evolución de las organizaciones en todo el mundo, intentando allanar el camino para que su transformación sea lo más fácil, eficiente y costo-efectiva posible. Ahora, sin duda, una de las piedras en el camino para las empresas es la complejidad que representa este nuevo ritmo de agilidad que están obligadas a tener. En otras palabras, hay que hacerlo bien, y lo más rápido posible.
Un problema clave es que, en la mayoría de los casos, las empresas no cuentan con una red preparada para esta evolución. Cuando se tienen redes que no fueron diseñadas pensando en las condiciones cambiantes o en los niveles de urgencia que habría para implementar innovaciones tecnológicas, las áreas de TI se enfrentan a infraestructuras que hoy se componen de varias generaciones de capas unidas a lo largo del tiempo, y esto significa más complejidad.
En este marco deben alistar la red para la implacable tendencia del trabajo híbrido. No es poca cosa, pues significa que hay que cambiar el enfoque de la seguridad en el borde ya que, en un mundo en el que la fuerza laboral está por doquier y usa un sinfín de dispositivos para conectarse a la red empresarial, este borde se desdibuja. El reto está en encontrar la forma de brindar seguridad y un rendimiento de red confiable, básicamente en todo lugar y momento.
La buena noticia es que esto es posible; es decir, hay forma de recrear la conectividad, seguridad y colaboración en el mundo híbrido, como si estuviéramos todos dentro de la misma oficina, y de reducir la complejidad mientras la organización sigue conformando la base de una red cada vez más moderna y flexible. Para lograrlo, la red debe ser diseñada con base en una serie de elementos, de los que destacan:
1) Automatización. Los flujos de trabajo simplificados y la automatización impulsada por inteligencia artificial reducen la cantidad de tiempo y recursos que se requieren para planificar, implementar y administrar redes que soporten la conectividad en la nube, campus, sucursales y ambientes remotos.
2) Seguridad. Es preciso contar con una mayor protección que incluya detección de amenazas con control de accesos basado en identidades y segmentación dinámica, las cuales son la base para la aplicación de políticas de seguridad basadas en los modelos de Zero Trust y Edge de Servicio de Acceso Seguro (SASE).
3) Agilidad. Ésta se logra a través de una arquitectura unificada, nativa de la nube y basada en estándares, que no sólo protege la inversión, sino que además facilita la adopción con esquemas de consumo de Network-as-a-Service (NaaS), para optimizar el presupuesto y los recursos de personal.
Si algo es cierto es que la constante es el cambio. No podemos predecir lo que vendrá en materia de tendencias, o cómo habrá de evolucionar la administración de redes, pero como empresas sí podemos planear con la mira puesta en la tendencia de cambios, y preparar nuestras redes, y nuestros negocios, para que estén listos para lo que sea que esté por venir.