PwC fue su escuela de crecimiento profesional, sus jefes sus grandes maestros. “Aprendí a utilizar el sentido común para analizar, escuchar diferentes criterios, delegar, cumplir distintos roles, formar equipos de trabajo estables y enfocados en los objetivos y sobre todo unidos”.
Las oportunidades de un nuevo horizonte le ubican a Iván frente a nuevos retos en el grupo Automotores y Anexos, AYASA, que, en aquella época, empezaba un proceso de transformación donde la tecnología se convierte en uno de los pilares estratégicos de la compañía. “Mi vida profesional en PwC fue espectacular, pude hacer de todo. En el momento que dije sí a Automotores y Anexos mi corazón cambió”.
Con una planificación estructurada y carta blanca para dar un giro al área de tecnología, Iván Esparza y su equipo han logrado importantes resultados. Reconoce que los equipos son fuertes y describe a su equipo de tecnología como “poderoso”.
Está consciente que todo tiene ciclos. Al hacer una retrospectiva de su vida dice: “Cuando empiezas, dedicas la mayor parte de tú esfuerzo al desarrollo profesional, sin embargo, al asumir la responsabilidad de una familia, debes balancear, la vida no es solo trabajo”.