“Uno crea la confianza y debe aprovechar el empoderamiento”
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Manuel Ortiz supo desde siempre que tenía una afinidad natural con la tecnología. En vez de realizar una monografía, tomó como opción de grado, un curso de computación. Allí, todo su potencial fue descubierto por Francisco Salgado, actual rector de la Universidad del Azuay, quien lo animó a estudiar Ingeniería Civil. Aunque dos años más tarde, la cambiaría por la naciente carrera de sistemas en la Universidad de Cuenca.
Previamente, había desarrollado sistemas para el control de notas, matrículas, y fue instructor de computación en el colegio Benigno Malo, de allí, en adelante, nunca perdería el hilo conductor con la tecnología. Lleva 36 años desplegando un trabajo continuo y a la par del cambio tecnológico solventando las necesidades del negocio. Lidera el área de tecnología de Continental Tire con un equipo eficiente de seis colaboradores que apoyan la ejecución de resultados para la estrategia de la compañía.
A su experiencia de programar, implementar infraestructura, sistemas de gestión de base de datos e información, le complementa sobre todo liderar la gestión estratégica con el auspicio de la vicepresidencia financiera en la puesta en marcha de los proyectos tecnológicos para la organización.
Manuel ha sido parte de la evolución de la compañía, desde cuando era conocida como ERCO, General Tire y más tarde, en el 2009, cuándo paso a ser parte de Continental. Desde su posición de liderazgo del área tecnológica ha estado involucrado en los procesos. “Nos adaptamos a toda la estructura que Continental maneja a nivel mundial, somos parte de las decisiones y tenemos la responsabilidad de acoplar la estrategia tecnológica corporativa”
Liderar los cambios y motivar a los colaboradores a seguirlos ha sido sin duda los mayores desafíos, a los que añade, ir a la par de la tecnología optimizando recursos, reduciendo los costos fijos.
Una de las herramientas valiosas para su gestión es la libertad de acción producto de la confianza y el empoderamiento dado por sus superiores para desarrollar sus responsabilidades con éxito. “Uno crea la confianza y debe aprovechar el empoderamiento que recibe para seguir adelante”. Y es ese mismo pensamiento, que lo traslada a sus colaboradores para que realicen sus tareas de la mejora manera. “Lo que brinda confianza, es asumir la responsabilidad y las consecuencias de las decisiones tomadas”.
“Soy un apoyo al que acuden para cumplir con sus responsabilidades y metas”, porque “trabajamos bajo el principio “for one another”, es decir, que uno está para ayudar al otro”.
Un balance adecuado entre el trabajo y la vida personal, es una norma de vida para Manuel Ortiz, que le ha dado la posibilidad de compartir tiempo con su familia. Esta es una filosofía que tiene mucha afinidad con los valores corporativos de Continental. “La empresa nos da las posibilidades de un equilibrio entre el trabajo y la familia. En las oficinas en Alemania, los colaboradores cumplen con sus tareas de manera óptima dentro de sus horarios.
Un gran sentido espiritual
Manuel Ortiz es muy espiritual y se rige bajo principios basados en la Biblia, al que no considera solo un escrito de religión sino un libro que ayuda a mejorar la vida, y en esa medida, enfatiza que hay prioridades, por ejemplo, una buena relación con Dios y con la familia.
Menciona que hay muchos principios que llaman a la acción, la “regla aurea” de hacer a otros lo que queremos que ellos nos hagan a nosotros, “motiva a actuar y volvernos empáticos y entender al otro”, “aplicado al tema laboral, nos vuelve proactivos, una vez que lo entendemos, consecuentemente, mejorar las relaciones en el ámbito laboral o familiar”. Hay un sinfín de aprendizajes y principios para accionarlos al día a día laboral, por ejemplo, trabajar como si siempre alguien nos estuviera viendo, en este caso Dios, ayuda a que podamos cumplir las tareas de manera responsable sin generar un desbalance entre la vida personal y el trabajo.
La familia y pasatiempos
Manuel Ortiz, recuerda un capítulo que definió aún más, el sentido de entrega a su familia. La pérdida de su primer hijo, reforzó ese sentimiento de priorizar el tiempo y valorar a la familia, porque “uno no sabe qué puede pasar el día siguiente”.
Le gusta viajar con su familia y recorrer lugares dentro o fuera del país, aunque con la pandemia, ha desarrollado un nuevo pasatiempo, el gusto por la práctica culinaria. Los fines de semana cocina para su familia y experimenta las recetas que aprende. Es meticuloso y ha perfeccionado cada receta que la comparte con sus amigos. De la pizza que sabía prepararla, ahora ha desarrollado sus habilidades para la comida asiática y elaborar pan.
Aunque no le atrae mucho la lectura de libros seglares, lee libros espirituales principalmente la Biblia. No tiene un autor o libro en particular, se actualiza sobre tecnología en internet.