Aún falta camino por recorrer para adoptar tecnología
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Francisco Jarrín Rivadeneira, Presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil.
La innovación abierta es clave para reducir costos sin arriesgar los niveles de producción y calidad, de modo que cada vez más, las empresas del sector desarrollan una cultura basada en la innovación.
Si hablamos de incrementar la productividad a través de la innovación, muchos de los afiliados a la Cámara de Industriales de Guayaquil, CIG, están trabajando en mecanismos apalancados en la industria 4.0. Grupasa, por ejemplo, fue de los primeros de la industria papelera en implementar el sistema de mejora contínua llamado “Manufactura de clase mundial”, o Agripac con la creación de su centro de Investigación y Desarrollo Acualab.
Sin duda, estos son algunos de los ejemplos de disrupción adoptados por las industrias que fomentan un ecosistema encaminado a mejorar la productividad, pero aún queda mucho camino por recorrer, sobre todo con la adopción de tecnología pues se requiere de personas capacitadas para afrontar los retos que trae consigo la innovación.
En el país existen iniciativas positivas enmarcadas dentro de los indicadores de desempeño que valora el Índice Mundial de Innovación, por ejemplo, el aumento de la inversión de las empresas destinado a capacitación y desarrollar las habilidades necesarias para asumir cambios, sin embargo, el impacto de la productividad laboral (PIB/trabajador) aún es negativo para Ecuador.
Para impulsar la adopción tecnológica, la industria requiere una formación dual en el sistema educativo, promover la capacitación del talento humano de la empresa para adoptar las diferentes tecnologías, e incluir al sector privado en iniciativas de innovación y competitividad.
Otros obstáculos que limitan la implementación de los elementos de la Industria 4.0 están relacionado con la escaza información que tienen sobre las tendencias tecnológicas en el sector. Por ello, desde la Cámara de Industrias de Guayaquil encontramos que deben generarse oportunidades que impulsen la competitividad y digitalización.
Los desafíos de la cuarta revolución se aceleraron a consecuencia de la pandemia y es el momento de tomar esta oportunidad para desarrollar la infraestructura digital, elevar los niveles de digitalización y desarrollar habilidades analíticas en los trabajadores de las industrias para el manejo eficiente de los datos, la cultura de innovación y aplicación de herramienta en la cadena de valor digital.