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Infraestructura y soluciones tecnológicas, base de las finanzas inteligentes

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Por: Francois Leens, Director de ventas y desarrollo de negocio para Latinoamérica de Zaltor

El sector financiero vive una transformación acelerada marcada por la inteligencia artificial, la automatización y la nube. Estas tecnologías modernizan la operación y redefinen la relación con el cliente, los modelos de negocio y la gestión del riesgo. La inteligencia artificial permite anticipar fraudes y morosidad mediante modelos predictivos, personaliza la experiencia con asistentes virtuales y chatbots, y automatiza procesos de cumplimiento como KYC (Know Your Customer, verificación de identidad) y AML (Anti-Money Laundering, prevención de lavado de dinero). Con ello, bancos y aseguradoras pasan de ser proveedores transaccionales a convertirse en asesores financieros proactivos.

La automatización reduce tiempos y costos en procesos de back-office como conciliaciones, reportes regulatorios o reclamos de seguros. Integrada con IA, agiliza decisiones de crédito y detección de fraudes, liberando al talento humano para tareas de mayor valor. La nube, por su parte, aporta escalabilidad para atender picos de transacciones, habilita la innovación con modelos FinTech y Open Finance, y refuerza la seguridad y la continuidad operativa a través de arquitecturas multi-nube. El impacto combinado permite que las finanzas avancen de lo transaccional a lo experiencial, de lo reactivo a lo predictivo, de sistemas cerrados a ecosistemas abiertos y de lo humano-asistido a modelos híbridos humano-digitales.

Resiliencia operativa es un requisito ineludible

Según la experiencia que hemos recogido en Zaltor en Europa y Latinoamérica, los ciberataques, las fallas tecnológicas y hasta los desastres naturales han demostrado que la resiliencia operativa es una condición indispensable para las instituciones financieras. Resiliencia significa mantener la capacidad de funcionar y recuperarse con rapidez tras una interrupción.

El primer paso es contar con una infraestructura robusta. Arquitecturas híbridas en la nube con redundancia geográfica permiten que, si un centro de datos falla, otro asuma de inmediato la operación. El balanceo de carga y la alta disponibilidad sostienen servicios críticos como pagos o banca en línea, mientras que los respaldos inmutables y segregados se convierten en un escudo frente al ransomware.

A esto se suman planes de continuidad y recuperación. Definir escenarios como ciberataques, apagones, terremotos o fallos de proveedores, establecer tiempos de recuperación medibles (RTO y RPO) y validarlos mediante simulacros regulares asegura que tanto equipos técnicos como de atención al cliente estén preparados para responder.

La ciberresiliencia activa completa la estrategia. El modelo Zero Trust, el monitoreo continuo desde un SOC, la integración de inteligencia de amenazas y la capacidad de respuesta automatizada permiten anticipar incidentes y aislar sistemas comprometidos. Gartner estima que para 2025 la mitad de las empresas externalizarán operaciones de ciberseguridad a proveedores gestionados. Un ejemplo de esta tendencia es Invisible Bits, que ha desarrollado una plataforma MDR multiusuario con inteligencia artificial e integraciones avanzadas, y que evoluciona hacia XDR que integra automatización SOAR, detección basada en IA y colaboración entre múltiples SOC.

La resiliencia también involucra la gestión de terceros. Auditorías a proveedores, contratos con responsabilidad compartida y planes de contingencia reducen riesgos en la cadena de suministro. Y cuando ocurre una crisis, la experiencia del cliente es decisiva: contar con canales alternativos como call centers, SMS o aplicaciones ligeras, y comunicar con transparencia en tiempo real, evita que se erosione la confianza. Incluso procesos manuales, como la autorización offline de pagos críticos, mantienen su vigencia como último recurso.

La necesidad de visibilizar la infraestructura IT

La visibilidad de la infraestructura TI es un punto crítico para lograr eficiencia y resiliencia. Implica tener un mapa en tiempo real de servidores, redes, aplicaciones, bases de datos, nubes y APIs, con información sobre su estado, vulnerabilidades y ciclo de vida. El desafío está en los silos de información: cada área —ITOps, SecOps, FinOps— opera con herramientas diferentes, generando datos fragmentados que encarecen la operación y afectan la toma de decisiones. Gartner estima que la mala calidad de datos puede costar hasta 12,9 millones de dólares al año a una organización y que uno de cada tres líderes desconfía de su propia información.

Derribar esos silos exige una fuente única de información confiable y la adopción de inteligencia de activos tecnológicos. En este campo, Zaltor integra a su portafolio de soluciones Lansweeper para el descubrimiento e inventario avanzado de activos y Paessler PRTG para el monitoreo continuo, lo que permite a las instituciones financieras tener una visión unificada y accionable de su infraestructura tecnológica.

Logrando eficiencia al evitar duplicidades y automatizar tareas rutinarias; agilidad para lanzar nuevos productos digitales; resiliencia al detectar fallos de manera temprana y redirigir cargas; seguridad y cumplimiento respaldados por monitoreo centralizado y trazabilidad; y una mejor experiencia del cliente gracias a servicios más estables.

El rol del aliado estratégico Zaltor

La adopción de inteligencia artificial, automatización y nube abre oportunidades, pero requiere un ecosistema capaz de llevar la innovación a la práctica. En este escenario, contar con un aliado tecnológico es decisivo.

Zaltor, con más de 22 años de experiencia en España, Portugal y presencia en Ecuador y toda Latinoamérica, se posiciona como distribuidor de valor añadido en IT Management, ciberseguridad, monitorización y productividad. Representa a fabricantes como Lansweeper, TrustBuilder, Paessler, Mailstore, Nymiz o Invisible Bits, acercando al sector financiero soluciones de inteligencia de activos, identidad digital, monitorización avanzada, anonimización de datos personales y seguridad gestionada. Su propuesta incluye formación, soporte técnico y pruebas de concepto que reducen la curva de adopción y generan confianza en nuevas tecnologías.

La infraestructura tecnológica es la base sobre la que se construyen las finanzas inteligentes. Resiliencia operativa, visibilidad integral y aliados estratégicos conforman el marco que permite a bancos y aseguradoras innovar con seguridad, cumplir regulaciones y ofrecer experiencias confiables a sus clientes.

Para Zaltor, este es el verdadero valor de la tecnología: habilitar un sector financiero, preparado para responder a los retos.

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