Process Mining: La sostenibilidad empresarial se mide con datos
Share

Por: José Luis Romero, Consultor Business Process Management.
Las empresas que apuestan por la sostenibilidad suelen anunciar compromisos con el medioambiente, reducción de emisiones o consumo eficiente de recursos. Pero sin herramientas que conviertan esas intenciones en métricas concretas, el resultado suele ser difuso.
Ahí entra Process Mining, una tecnología que no solo optimiza procesos, sino que permite visualizar, con rigor y precisión, qué está ocurriendo dentro de una organización. Y lo más importante: cuánto impacto ambiental genera cada una de sus operaciones.
A diferencia de las auditorías tradicionales, que dependen de evaluaciones periódicas, Process Mining analiza en tiempo real los flujos de trabajo, detecta cuellos de botella, distorsiones a los procesos y automatiza tareas innecesarias. Su ventaja radica en que no se basa en estimaciones, sino en datos objetivos extraídos directamente de los sistemas digitales de la empresa.
El resultado es tangible. Se reducen los tiempos de espera en la logística, el consumo de energía en maquinaria y el desperdicio de materiales en la producción. Todo con una precisión imposible de alcanzar mediante simples controles manuales.
Las empresas que han implementado Process Mining han conseguido:
20-30% menos consumo energético al optimizar los procesos productivos.
40% menos uso de papel, reemplazando documentos físicos por flujos digitales.
25% menos tiempo de ciclo, eliminando redundancias y agilizando la operación.
15-20% menos costos operativos, gracias a una mejor planificación de recursos.
El desafío para las empresas ecuatorianas no está en decidir si quieren ser sostenibles—el mercado ya lo exige—sino en encontrar la manera más eficiente de lograrlo. Process Mining ofrece un camino claro: convertir la sostenibilidad en un factor medible y rentable.
El proceso para su implementación es simple:
Diagnóstico inicial: ¿Dónde se generan los mayores desperdicios?
Definir métricas sostenibles: ¿Cómo medir el consumo de recursos y su impacto?
Análisis de datos: ¿Qué procesos pueden optimizarse con menor gasto energético?
Optimización: ¿Cómo integrar las soluciones sin afectar la operatividad?
Monitoreo continuo: ¿Los resultados son consistentes a lo largo del tiempo?
Cuando estas preguntas se responden con datos concretos y no con suposiciones, la sostenibilidad deja de ser un objetivo abstracto. Se convierte en una estrategia empresarial con efectos reales.
Ecuador no puede quedarse atrás. La sostenibilidad ya no es una carta de presentación, sino una exigencia. Y las empresas que logren integrarla con precisión tendrán ventaja sobre las demás.