“Aprendo y mejoro gracias a mis pares regionales que gestionan proyectos más grandes”
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Jonathan Llivisaca siempre tuvo claro su objetivo: liderar proyectos. Desde sus inicios, hace 15 años, se ha desempeñado en el área técnica, desde la entrega de soporte, como coordinador del área, e incluso tuvo una etapa como emprendedor. Formó una empresa de desarrollo y vivió todo el proceso de crear, adaptar soluciones y gestionar con clientes. Los nuevos modelos de negocio de software, como SaaS, le dieron una nueva óptica sobre su actividad profesional. Decidió integrarse al mundo corporativo, consciente de que necesitaba adquirir más experiencia.
Actualmente, Jonathan Llivisaca se desempeña como Jefe de IT de Techint.
Su mayor aprendizaje en los proyectos de desarrollo ha sido entender el giro de negocio de cada empresa para automatizar procesos. “El éxito radica en saber cómo trabaja la empresa para poder automatizar”, señala. Bajo este enfoque dice: “he implementado soluciones que no solo optimizaron procesos, sino que también generaron ahorros en costos y tiempo”.
También ha aprendido de los desafíos, de aquellos proyectos que no resultaron como esperaba. En lugar de desanimarse, su actitud ha sido proactiva y orientada a ver las oportunidades, mostrando su capacidad para aprender de las dificultades. Recuerda uno de ellos: la implementación de una nueva herramienta de gestión de proyectos que inicialmente no obtuvo la aceptación esperada. “Frente a esto, decidimos trabajar en un proceso de capacitación intensiva, y logramos como resultado una adopción exitosa de la herramienta, que permitió mejorar la eficiencia del equipo en un 30%”.
Su carrera lo llevó a gerenciar el área de IT en Team Solutions, donde tuvo la responsabilidad de construir desde cero el departamento de sistemas. Posteriormente, pasó a Construcciones y Prestaciones Petroleras, filial de Techint en Ecuador, una compañía que le ofreció nuevas perspectivas y desafíos, como la coordinación de proyectos regionales.
En 2020, justo cuando comenzaba sus actividades en la compañía, la pandemia marcó un punto de inflexión en su carrera, obligándolo a adaptarse rápidamente a un entorno completamente virtual y liderar la implementación de un sistema de comunicación digital, que permitió mantener la continuidad operativa y mejorar la coordinación entre equipos regionales. “Fue un desafío enorme, pero también una de las experiencias más gratificantes de mi carrera”, dice.
Jonathan es un profesional que se adapta a los cambios y se esfuerza por comprender el entorno en el que trabaja. Su pasión por el aprendizaje lo lleva a aprovechar cada momento para capacitarse a través de videos y podcasts, conocimientos que luego comparte con sus colaboradores. “Viajo mucho y escucho podcasts; con eso aprendo y luego puedo dar sugerencias a mi equipo”, explica.
Cuando habla sobre liderazgo está consciente que no solo se trata de tomar decisiones, sino también de motivar y educar a otros. Sostiene que “la motivación ha sido uno de los aprendizajes más importantes, y eso lo traigo desde mis días de estudiante”, dice. Confiesa que es muy competitivo y destaca que, además de establecer metas claras, un factor de éxito es hacerlo primero y hacerlo bien, algo que procura transmitir a sus colaboradores. “He conformado un equipo de trabajo adaptable para crear soluciones y acoplarse a proyectos tanto en las oficinas de Quito como en el campo”.
Su estilo de liderazgo se basa en la enseñanza y la colaboración. «Hago, lo explico, y los colaboradores aprenden», afirma, resaltando su enfoque didáctico. Prefiere un liderazgo colaborativo, donde impulsa a sus colaboradores a asumir roles, fomentando su crecimiento personal y profesional. Para Jonathan, el seguimiento continuo no solo es necesario para asegurar el éxito de los proyectos, sino también para buscar soluciones en conjunto con su equipo y orquestar la estrategia y las acciones del área.
“Soy abierto y seguro de mis conocimientos, pero también aprendo y mejoro gracias a mis pares regionales que gestionan proyectos más grandes”, comenta, mostrando su disposición a crecer.
En momentos de crisis, mantiene una actitud de calma y control. Recuerda una frase que solía escuchar del arquitecto de soluciones de Tata cuando desarrollaba software: “Hay que ir despacio porque estamos de apuro”. Este consejo le ha servido para comprender que, en situaciones de presión, apresurarse puede conducir a errores.
En su vida personal, busca equilibrar su trabajo con su rol de padre. Planifica actividades con sus hijas para pasar tiempo de calidad con ellas. «Soy un papá activo y molestoso», dice con una sonrisa, describiendo su relación cercana con sus hijas. Juntos practican deportes como fútbol y vóley, además de disfrutar de juegos de mesa como naipes, o visitando a sus abuelos.
Juegan frecuentemente con la inteligencia artificial de Alexa o usando ChatGPT, lo que les permite entender y explorar la tecnología de manera práctica y divertida. También disfrutan de viajes a lugares cercanos a la ciudad o fuera del país.
Jonathan se siente orgulloso de sus hijas y valora la relación que ha construido con ellas.
También dedica tiempo a la meditación, utilizando estos momentos de quietud como una pausa necesaria frente a sus días ajetreados, especialmente antes de ir a dormir. Encuentra inspiración en el Feng Shui y otras prácticas positivas que fomentan la creatividad y le ayudan a generar ideas para resolver problemas.