La decisión hacia la nube tiene múltiples caminos

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Por Francisco Maestre, Gerente Consultora Opinno

Independientemente de su tamaño, las empresas ecuatorianas que están planificando migrar a la nube deberán analizar algunas particularidades. Las compañías grandes y medianas que por su tamaño y vigencia en el mercado cuentan con sistemas legacy, y las pequeñas empresas que por su flujo de negocio disponen de escasos sistemas.

En ambos casos, la migración requiere de un análisis que reduzca al mínimo los problemas en una decisión de actualización o cambio. No todo se puede llevar a la nube, pero al hacerlo se debe reducir la complejidad. Para las empresas grandes con sistemas legados, su paso a la nube podría no ser tan sencillo, mientras que las pymes deben pensar en la nube en función de su crecimiento, de modo que las decisiones se convierten en un aleteo de mariposa.

En este punto es importante ver la manera en que conviven los sistemas actuales con los que dispone la organización y cuán fácil es, o no migrar hacia la nube. El acompañamiento en el proceso de un aliado estratégico con experiencia que analice cada caso a través de una revisión externa ayudará a definir los siguientes pasos en la hoja de ruta hacia la nube y presentar opciones de elegir entre la nube o quedarse en un entorno on premise.

Aunque en esta primera aproximación, hay que considerar que no amerita los costos altos de equipos con una conexión más lenta a tenerlo todo en la nube porque al final del día, lo que ocurre, es que las empresas se suman a la tendencia de sistemas híbridos partiendo del análisis sobre la antigüedad de los sistemas legados evolucionando poco a poco a una combinación parcial o total hacia la nube.

Para las empresas que comienzan en cero, su principal objetivo debe ser la nube. Buscar a un socio tecnológico con las soluciones que necesita, sean de desarrollo propio o bajo el modelo SaaS provisto por un tercero.

Un factor necesario para tomar en cuenta al momento de decidir ir a la nube es atender la legislación vigente. Una empresa grande o pymes deberá tener en cuenta el tipo de información que puede o no subir a servidores externos. Recordemos que las principales empresas de nube no tienen sus servidores físicos en Ecuador. De manera que es imprescindible realizar varias aproximaciones. Por ejemplo, entender el tipo de negocio de la compañía, los servidores que puedo tener en la nube y hasta donde puedo llegar con ellos, además, del tipo de conexiones entre los servidores de nube con los servidores locales. Si son sistemas independientes, trabajamos y lo controlamos en la nube, de lo contrario, si los sistemas tienen cierto nivel de acople y peticiones entre sí, es necesario buscar la nube que menor latencia provoque en el data center de servidores on premise.

Lo siguiente que debemos preguntarnos es si es posible mover lo que tenemos on premise, aunque no es una respuesta inmediata porque los proyectos de nube llevan procesos que toman tiempo para revisar, por ejemplo, que no se pierdan los datos en ningún momento.

El potencial de la nube es su escalamiento, a diferencia de los servidores on premise que tienen capacidad fija, aunque su tolerancia al aumento de usuarios puede adaptarse para acoplarse a proyectos y responder a la demanda de peticiones. Sin embargo, la experiencia a los usuarios podría ser deficiente en relación con la rapidez de respuesta.

Nuevamente, es necesario resolver las siguientes inquietudes. ¿Puedo llevar los sistemas legados de mi organización a la nube?, ¿cuál es la vigencia de los sistemas con los que cuento en mi on premise? y ¿son compatibles con la nube? Si efectivamente, puedo ir a la nube, conocer cuánto tiempo llevará la migración, y cuál es la capacidad financiera para hacerlo.

Si la decisión es no ir completamente a la nube hay que considerar lo que si puedo llevar a la nube y cuántas conexiones requiero con la parte que estoy pendiente de desplegar on premise y en la nube y revisar el nivel de criticidad de dichas conexiones. Por lo general cuando no hay demasiadas se busca que sean lo más eficientes posibles, hacerlo de manera controlada para que aun estando separados exista una interacción y conexión adecuada con la información. De lo contrario, la recomendación es quedarse en on premise o ir hacia un modelo híbrido.

En todo caso, las empresas siempre que puedan, deben considerar como opción ir a la nube debido a que las soluciones on premise utilizan servidores físicos que van depreciándose desde el momento en que se adquiere el equipo, y su nivel de obsolescencia es más rápido frente a la dinámica actualización de sistemas. En algún momento, el crecimiento del negocio y la organización empujará a una migración de equipos, en cambio que con soluciones desplegadas de nube sobre máquinas virtualizadas la actualización sucede de manera continua sin el deterioro del hardware.

Además, el principio de escalabilidad permite el consumo bajo demanda, y una adaptabilidad automática de soluciones de cara al cliente. Las herramientas que están en la nube nacieron para escalar y hacerlo junto al negocio.

Algunos primeros pasos hacia la nube

  • Separar aplicaciones del cliente y de uso interno
  • Hacer un cambio controlado preferentemente con las herramientas internas
  • Considerar como primeras migraciones a herramientas propias del negocio
  • Contar con directorios de equipos para el control de los aplicativos
  • Actualizar los directorios
  • La web transaccional o informativa debe ir a la nube
  • En el caso de e-commerce definir un modelo de uso de nube. Lo mejor en una primera etapa, adoptar soluciones existentes y luego buscar la eficiencia de la operación.