Tendencias transformadoras de la lA para 2024.

AI (Artificial Intelligence) concept. Deep learning. Digital transformation.

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La Inteligencia Artificial (IA) se convirtió en parte integral de áreas cada vez más diversas de la vida y los negocios.

“A medida que la inteligencia artificial avanza a un ritmo vertiginoso, la sociedad está tratando de ir adoptando estas nuevas tecnologías y regulando el uso responsable de las mismas. El uso humano se está poniendo al día”, afirma Jörg Herbers, CEO global de INFORM, y agrega, “con la proliferación de la IA a través del lenguaje, las imágenes y el procesamiento de sonido, prevemos un aumento sustancial de la habituación de los usuarios a estas tecnologías a medida que vayan madurando”, añadió.

  1. Uso intuitivo de la IA: Se aproxima el comienzo de un cambio de paradigma en la interacción entre el ser humano y la IA, inspirado por visionarios del sector. Con el respaldo de Masayoshi Son, de Softbank, Jony Ive, antiguo diseñador de Apple, quiere construir un “iPhone de inteligencia artificial” que permita una experiencia de usuario más natural, alejándose de las interfaces centradas en la pantalla. Esta evolución refleja una tendencia hacia una integración fluida de la IA en nuestras herramientas cotidianas, mejorando la forma en que trabajamos, nos comunicamos e interactuamos con la tecnología. Es de esperar que incluso los complejos software de negocio tengan que incorporar interacción a través de la voz para satisfacer las necesidades de los clientes.
  2. Integración de IA generativa: la IA generativa se integrará como copiloto en diversas plataformas, mejorando así la interacción con el usuario y la funcionalidad en todos los sectores.
  3. Interacción humano-inteligencia artificial: A medida que las interacciones de la IA se convierten en la norma, se espera que los usuarios se adapten a un bucle de retroalimentación continua en diversas aplicaciones, desde búsquedas creativas con herramientas como Midjourney hasta soluciones de ingeniería desarrolladas internamente en grandes empresas tecnológicas. Este viaje transformador, sugiere un futuro en el que el papel de la IA es tanto de colaboración como de asistencia.
  4. Expansión a nuevos ámbitos: Con el éxito de los modelos de texto e imagen, la atención empezará a centrarse en la IA de vídeo a texto, que promete revolucionar el aprendizaje a partir de actividades humanas cotidianas. Además, los sistemas de IA aprenderán a partir de datos más diversos, cada vez más representativos en comparación con aquellos con los que se entrenaban anteriormente. Los trabajos pioneros en otros ámbitos, como el plegamiento de proteínas de AlphaFold, sugieren un potencial transformador para las aplicaciones de la IA más allá de los paradigmas actuales. Como siguiente paso lógico, las empresas se equiparán con sistemas de IA que ayudarán a adaptar y optimizar dinámicamente sus procesos empresariales.
  5. Democratización de datos: La publicación por el Grupo BMW del conjunto de datos de código abierto SORDI (Synthetic Object Recognition Dataset for Industries) pone de manifiesto el cambio hacia ecosistemas de open source. Al compartir datos de producción de alta calidad, las organizaciones están fomentando un entorno de colaboración que estimula la innovación, garantizando un futuro más equitativo en el que la información impulse el progreso para todos.
  6. Preocupación por la ciberseguridad: La proliferación de herramientas de IA ha alimentado inadvertidamente un aumento de los ataques de phishing, como demuestra el incremento de incidentes tras la habilitación de ChatGPT. Esto resalta la urgente necesidad de medidas avanzadas de ciberseguridad para contrarrestar las sofisticadas amenazas que plantea la utilización maliciosa de la IA.
  7. IA ética: El reciente uso no autorizado de la imagen de Scarlett Johansson en un anuncio de deepfake ilustra las crecientes preocupaciones éticas que rodean a la IA. A medida que avanzan las capacidades de la tecnología, también lo hace su potencial de uso indebido, lo que exige una mayor vigilancia y un sólido marco ético que rija sus aplicaciones. Avances como la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, la Orden Ejecutiva sobre Inteligencia Artificial del presidente de EE.UU. Joe Biden y el Proceso de Hiroshima del G7 apuntan a la inminente aplicación de marcos reguladores.