“La decisión que tomé fue la más acertada”

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“Tiene el tamaño perfecto, orden, seguridad y un estilo de vida que en las grandes ciudades se ha perdido, Loja es un hermoso lugar”, así habla Manuel Lara, de la ciudad que lo acogió hace 23 años, donde no solo desarrolló su carrera profesional liderando la Gerencia de Tecnología de Banco de Loja, sino que también construyó  su familia y su hogar.

Cuando llegó a Loja, había cumplido 29 años, llevaba consigo la experiencia de 8 años de aprendizaje conociendo cómo funciona una institución financiera. Desarrolló los primeros sistemas contables y de crédito del Banco Central del Ecuador, y junto a otros dos profesionales, el primer sistema de cartera en todo el país diseñado para el Banco del Pichincha.

Con estos importantes logros alcanzados en Quito se abre una propuesta y la oportunidad para ir a Loja con la misión de diseñar y construir desde cero las condiciones tecnológicas necesarias para aportar al giro que los nuevos accionistas visionaban para el Banco de Loja. “El reto era muy interesante y la decisión que tomé fue la más acertada”.

Entender la parte operativa del negocio facilitó la creación del core bancario desarrollado internamente a la medida y perfeccionado atendiendo a las particularidades del mercado, los clientes y las complejidades del entorno. Manuel recuerda que al iniciar el proyecto del core les sorprendió el feriado bancario. Hoy el core tiene 20 años y una madurez basada en la innovación para atender proyectos de una banca digitalizada, moderna y ágil. “El 94% del banco está automatizado”, indica el ejecutivo.

Manuel Lara, lidera un equipo de 40 colaboradores directos en su área pero además interactúa con colaboradores externos de empresas proveedoras de servicios. Se lo escucha satisfecho y orgulloso de lo que IT ha logrado con el apoyo de Leonardo Burneo desde la Gerencia General. “La capacidad y el talento de las personas en Loja es increíble”, y además, “debido a nuestras prácticas internas tenemos un equipo sólido con una rotación de personal de cero, lo que nos permitió alcanzar el más alto indicador de satisfacción del colaborador dentro del Banco”.

Recuerda de sus inicios profesionales, a Xavier Baquero como un mentor y amigo de quién aprendió a arriesgarse, no tener miedo y lanzarse a hacer las cosas sin esperar algo mágico de la tecnología.

Con las múltiples actividades que debe cumplir en el banco, empieza el día muy temprano con una rutina organizada con cuatro o cinco metas diarias que al final de la jornada las evalúa. “Antes de llegar a la oficina organizo mi día, trazo las principales metas y si no las logro cumplir no es un día exitoso”, dice.

Una rutina de agradecimiento precede a su hábito de salir a correr y ejercitarse  por los senderos ecológicos que rodean la ciudad. Satisfecho menciona que cumplió los 8 mil kilómetros corriendo. Del corredor amateur que empezó hace 10 años una rutina de dos kilómetros, ahora es un experimentado corredor que utiliza aplicaciones  y disfruta ver el amanecer  de una ciudad apacible que despierta cada nuevo día.

También hay espacio para la meditación junto a su esposa y la lectura. “Siempre es interesante levantarse y agradecer lo que uno hace, lo que uno es y lo que uno tiene y valorarlos para seguir adelante”.

Una de sus mayores satisfacciones es su familia. “Tengo la fortuna de estar 28 años casado, tener cuatro hijos y siete nietos». Disfruta de picnics, paseos en bici con sus nietos, y pasear a sus tres perros. “En Loja tenemos el lujo de salir y estar en el campo  a media cuadra y pasear por el río”, “es una maravilla”.

Sobreponerse y continuar

Uno de las experiencias de vida más intensas de Manuel Lara fue a los 11 años. La pérdida de su madre, a edad temprana le enseñó a sobreponerse, a continuar sin ella y a confiar en la gente que tenía a su lado. “Mi padre no se volvió a casar y ello definió en mi vida y en la de mis hermanos un sentido de fidelidad”.