Daniel Montalvo, director de la Maestría de Talento Humano de la UDLA, señala que las personas generan los cambios, de modo que la gestión de este recurso debe seguir la evolución de las expectativas de los clientes.
Otro aspecto que aporta en la transformación e innovación es la cultura, más aún cuando varias generaciones actúan en un mismo entorno organizacional y los clientes tienen nuevas expectativas y demandas para las organizaciones.
Pero es importante concentrar la atención en las competencias claves que se ajusten a la innovación y éstas tienen que ver con los atributos conductuales que se adquieren al desarrollar un producto mínimo viable a través de trabajo en equipo; el “accountability”, la responsabilidad y actitud, o manera de trabajar dentro de un ambiente laboral y la iniciativa. “Estas tres competencias reflejadas en conductas dentro de las organizaciones serán el motor del cambio venidero”.
Para Montalvo, las líneas de gestión y supervisión deben contar con el apoyo de la estructura organizacional inmediata y las áreas de gestión de personas para desarrollar esas competencias. Para formar equipos de trabajo flexibles, adaptados a las necesidades del negocio y a procesos de transformación es necesario aprender a des-aprender para volver a aprender a crear nuevas formas de relacionamiento e iniciativas que promuevan una adaptación al cambio.
Señala también que en los procesos de transformación e innovación de las organizaciones, los directivos deben liderar acorde a la demanda de la nueva convivencia multi-generacional, donde cambia la manera de interacción y trabajo que empuja a que la cultura corporativa se acerque al ideal de la propuesta de valor que esperan los colaboradores, a una retribución no monetaria que debe perfeccionarse y a impulsar la comprensión de la percepción, las emociones y la acción fortaleciendo la comunicación.
No hay que dejar de lado que la tecnología es un habilitante en los procesos de cambio y quienes lideran estos espacios de gestión además de desarrollar el talento técnico para ofrecer soluciones, implementar modelos ágiles en el desarrollo de los proyectos y prestación de servicios debe escuchar las necesidades que se plantean y tener la capacidad de hacer las cosas con una rapidez que antes no se había visto, para cumplir las expectativas de inmediatez de la nueva generación de clientes, comprendiendo que se debe llevar a cabo un trabajo en equipo con todas las áreas del negocio, señala Montalvo.