Process Mining antes del Composable 

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Por José Luis Romero, Business Process Manager de Process Mining360 Latam.

En los últimos años, muchas empresas latinoamericanas se han embarcado en la modernización de sus sistemas con la esperanza de ganar agilidad y competitividad. Sin embargo, la realidad muestra un patrón, inversiones elevadas, proyectos prolongados y resultados que no siempre justifican el esfuerzo. El problema no suele ser la tecnología, sino la manera en que se adopta. 

Una empresa manufacturera que invirtió más de 150 mil dólares en módulos de gestión y automatización. Un año después, casi la mitad de esos módulos permanecían subutilizados, los costos operativos se habían duplicado y los tiempos de procesamiento aumentaron un 25%. El diagnóstico posterior indicó que se implementó software moderno sobre procesos obsoletos. 

El software composable propone una arquitectura tecnológica flexible y escalable, donde los componentes se integran y evolucionan como piezas de un ecosistema vivo. Sin embargo, la verdadera transformación ocurre cuando este modelo se guía por datos reales de operación, y ahí entra el Process Mining

Basada en las investigaciones del profesor Wil van der Aalst, considerado el padre del Process Mining, esta metodología permite descubrir, analizar y optimizar procesos a partir de la información que generan los propios sistemas empresariales. En lugar de depender de supuestos ofrece una visión objetiva del flujo de trabajo. 

En empresas del midmarket, es decir aquellas empresas medianas, de Ecuador, Colombia y México, esta combinación ha comenzado a transformar la forma de planificar y ejecutar proyectos tecnológicos. En un retailer colombiano, por ejemplo, la aplicación del Process Mining antes del rediseño modular permitió reducir en 60% los reprocesos logísticos y mejorar el time-to-market en 70%. En una entidad financiera ecuatoriana, la aprobación de créditos pasó de 72 a 24 horas al identificar cuellos de botella invisibles que se corregían antes de automatizar. 

Resultados medibles en meses 

Los beneficios se perciben con rapidez cuando la tecnología se implementa sobre procesos ya optimizados. En los primeros tres a seis meses, las empresas logran reducir hasta un 40% los tiempos de desarrollo y reutilizar patrones detectados por el Process Mining
En un horizonte de seis a doce meses, se reporta una mejora del 55% en el retorno de inversión tecnológica y una reducción del 70% en costos de mantenimiento. Y en el largo plazo, las organizaciones alcanzan hasta un 70% de aceleración en el lanzamiento de nuevos productos, gracias a una arquitectura tecnológica que aprende de sí misma. 

El mayor desafío de las empresas latinoamericanas no es la falta de herramientas, sino la falta de visibilidad. Muchos proyectos fracasan porque se decide modernizar la capa tecnológica sin comprender la lógica operativa que la sustenta. El Process Mining convierte esa lógica e identifica patrones, revela desviaciones y cuantifica los impactos de cada cambio. 

A partir de ese diagnóstico, el software composable puede desplegarse de manera inteligente, priorizando los módulos. Así, la tecnología deja de ser un conjunto de piezas sueltas y se convierte en una arquitectura que responde al propósito de la organización. 

Los CIO podrían considerar empezar por el proceso antes de la tecnología, que ningún módulo debe implementarse sin un diagnóstico previo basado en datos, priorizar el impacto de ese modularidad en el negocio. 

El software composable es una oportunidad de modernización para las empresas medianas de la región. Las compañías que adoptan esta visión combinada —Process Mining como diagnóstico y Software Composable como ejecución están diseñando organizaciones que se entienden a sí mismas antes de transformarse. 

Metodología que conecta estrategia y gestión 

La combinación de evidencia operativa y modularidad tecnológica acorta los tiempos de implementación y mejora la calidad del software entregado. Un promedio de aplicación en la metodología podría ser el siguiente: 

  • Fase 1: Diagnóstico (4 semanas) – Se realiza un mapeo as-is de procesos críticos, identificando ineficiencias y cuellos de botella. 
  • Fase 2: Diseño (4 semanas) – Se definen los módulos y sus interconexiones basadas en datos, con un roadmap de valor inmediato. 
  • Fase 3: Implementación (8+ semanas) – El desarrollo modular se ejecuta de forma iterativa, validando avances con métricas del Process Mining en tiempo real.