La economía digital enfrenta una crisis de confianza. Lo que alguna vez fue un espacio impulsado por la voz de los consumidores y la conveniencia del comercio electrónico se ve amenazado por la proliferación de fake reviews (reseñas falsas) y la irrupción de bots. Las cifras según estudios realizados: en 2024, Tripadvisor eliminó 2,7 millones de fake reviews (reseñas falsas) Amazon bloqueó 250 millones de reviews sospechosos y Trustpilot borró 4,5 millones. El impacto económico se refleja en que los consumidores gastan 787.700 millones de dólares anuales en compras engañosas.
A la par, los bots han tomado por asalto el comercio electrónico. Durante la temporada navideña de 2024 en EE. UU., el 57% del tráfico en tiendas online provino de bots maliciosos, que imitan el comportamiento humano, manipulan inventarios y ejecutan fraudes en tiempo real. El costo del fraude en e-commerce alcanzará los 107 mil millones de dólares en 2029, sin contar los costos operativos adicionales que multiplican las pérdidas.
El golpe a consumidores y negocios
El impacto no solo es financiero. Para los consumidores, la brecha entre expectativas y realidad se hace cada vez más evidente: zapatillas deportivas que se rompen tras dos usos, hoteles que no cumplen lo prometido, o lanzamientos exclusivos que terminan en manos de bots de reventa.
Los negocios —especialmente los pequeños— sufren el golpe más duro: fake reviews (reseñas falsas) pueden reducir hasta en un 25% los ingresos, mientras que la desconfianza de los consumidores frena la conversión incluso en marcas legítimas. En sectores como la restauración, una sola reseña negativa puede ahuyentar al 22% de clientes, cifra que sube a 59% después de tres comentarios adversos.
La nueva frontera del fraude: el dispositivo móvil
El cambio hacia los smartphones ha creado nuevas vulnerabilidades que los estafadores explotan con entusiasmo. Las transacciones móviles representan el 33% de los costos de fraude en e-commerce en EE. UU., ya que los criminales apuntan tanto a procesos de pago simplificados como a brechas de seguridad específicas de las aplicaciones.
La conveniencia que demandan los consumidores —compras con un solo toque, métodos de pago guardados, autenticación sin fricciones— crea una tensión fundamental: cada simplificación que reduce fricción para los clientes legítimos abre nuevas puertas para los atacantes.
Una salida: prueba de humanidad en la era de la IA
Frente a este panorama de fraudes digitales en el comercio electrónico, empieza a ganar relevancia un concepto: la prueba de humanidad. Esta tecnología permite validar que detrás de cada interacción en línea hay una persona real, sin necesidad de recolectar información sensible ni exponer datos privados.
En este terreno, destaca World ID, desarrollado por World, el proyecto fundado por Sam Altman y Alex Blania. La propuesta combina criptografía y privacidad: genera una credencial digital anónima que certifica la humanidad del usuario. “La prueba de humanidad representa una alternativa real para devolver confianza al ecosistema digital. Esto tiene un impacto inmediato en el comercio electrónico: frena ejércitos de bots, protege lanzamientos exclusivos, asegura que los reviews (reseñas) provengan de compradores legítimos y blinda promociones para que solo lleguen a clientes reales”, comenta Carlos Ángel Uribe, Gerente General de Tools for Humanity para la región Andina