Aunque creció pensando que seguiría los pasos de su madre y hermana en el periodismo, Enrique Gilbert encontró su verdadera vocación en un giro inesperado. En la secundaria, reprobó programación y tuvo que rendir un supletorio para salvar el año. “Tenía tan mala nota que debía sacar la más alta nota, y lo logré”, recuerda. Aquel día descubriría su pasión por la tecnología.
Estudió Ingeniería de Sistemas y desde la universidad se insertó en el mundo laboral en una empresa de desarrollo. Entró a Industrial Pesquera Santa Priscila como desarrollador de software y permaneció allí una década. Su formación en gestión de proyectos lo llevó a cambiar de perspectiva, “cambié el chip”: dejó el desarrollo para integrarse a un equipo de mejora continua para analizar procesos y proponer cambios.
Desde hace cuatro años, lidera como gerente corporativo de IT de la mayor empresa camaronera del país, una posición que asumió con humildad y determinación. “Fue un salto enorme. No conocía a fondo de infraestructura o seguridad, pero asumí el reto y me enfoqué en aprender y construir junto a mi equipo”, cuenta.
Hoy dirige un equipo de 45 personas, distribuidas por responsabilidades y con operación 24/7. Lidera una reestructuración estratégica apoyada en marcos como COBIT e ITIL, mapeando procesos, identificando brechas y alineando la capacidad tecnológica con las prioridades del negocio
Señala que algo que ha aprendido en la gestión es que uno no puede saberlo todo, y por eso es importante trabajar con un buen equipo. Reconoce el valor de aprender a escuchar, asistir a capacitaciones y prestar atención a los proveedores. “Una de las estrategias que adopté para entender áreas como infraestructura, seguridad o redes fue conversar directamente con proveedores, sentarme a escuchar cada propuesta de valor distinta con atención, entender cómo funciona cada solución y compararlas”, explica. Esa práctica le permitió absorber conocimientos en temas que inicialmente le eran ajenos, y convertir cada encuentro en una oportunidad para alinear mejor las decisiones con las necesidades reales del negocio.
Sobre su estilo de liderazgo, Enrique señala que es horizontal y colaborativo. Promueve una toma de decisiones conjunta con su equipo y se identifica con los principios del liderazgo ágil. “Me identifico con un liderazgo ágil, y soy un facilitador”. “Mi rol es remover obstáculos, mantener un ambiente de confianza y seguridad, y de que cada integrante del equipo pueda crecer. Si cada uno avanza, crecemos todos como área”, afirma.
Concibe el liderazgo como un ejercicio humano, en el que no se gestionan solo tareas, sino emociones. “Siempre he dicho que el trabajo diario se parece a la película Intensamente. No se puede liderar con un enfoque único, porque cada persona es distinta: uno está alegre, otro está triste, otro quizá es más serio. Y parte de mi labor es lograr que, con todas esas diferencias, sigamos una misma visión”.
Enrique ha aprendido de buenos y malos líderes. Sin embargo, asegura que sus verdaderos referentes han sido su familia. De su padre heredó la convicción de que el trabajo debe hacerse con amor, y de su madre, la sensibilidad para escuchar a todos, dentro y fuera del equipo. “Ella siempre me repetía: “Nunca te pelees con nadie, lo cortés no quita lo valiente’. Esa frase la llevo conmigo”, afirma.
Su hermana también ha sido una fuente de inspiración. “Es una líder innata, comprometida con la inclusión social. Su ejemplo me ha ayudado a construir una visión más humana del liderazgo”, dice. Por eso, en su gestión, fomenta un espacio abierto a las ideas, donde el equipo puede experimentar, equivocarse y aprender. “Siempre digo probemos, si funciona lo adoptamos; si no, aprendemos sobre qué no funcionó”, dice.Aunque liderar el área tecnológica de una operación 24/7 conlleva una alta exigencia, Enrique Gilbert procura mantener el equilibrio entre su vida profesional, personal y espiritual. Encuentra en las artes marciales un espacio de desconexión y renovación. Practica semanalmente boxeo, kick boxing o jiu-jitsu, disciplinas que marcaron su juventud y que lo llevaron a competir en torneos regionales de fuerza. En 2004, obtuvo el título de campeón sudamericano de Powerlifting. Hoy, retoma esa pasión como pasatiempo y se ha propuesto volver a competir el próximo año. Entrena entre tres y cuatro horas por semana y complementa su rutina con sesiones de gimnasio.
Define estos espacios como terapéuticos: “me sirven para desestresarme y reenfocar la mente”. Pero si hay algo que lo recarga verdaderamente es compartir tiempo con su hijo de seis años. Entre sus pasatiempos favoritos está la costumbre de ir juntos al supermercado, comprar comida para gatos y luego alimentarlos en el parque. “Es un momento muy bonito porque compartimos y le enseño que uno debe preocuparse no solo por las personas, sino también por los animales”, cuenta.
La conexión familiar también se extiende a lo espiritual. Cada domingo, como lo hacía con sus padres, asiste con su familia a la iglesia. “Es una forma de fortalecer la fe e inculcarle a mi hijo que hay que caminar con Dios”, señala. Entre sus otras aficiones están cocinar, ir al cine. Su película favorita es La vida es bella.
Enrique Gilbert se mantiene actualizado en temas de tecnología como en liderazgo. Uno de los libros que más lo ha marcado es El líder que no tiene cargo, de Robin Sharma, porque refuerza su convicción de que el verdadero liderazgo no depende de un título, sino de la actitud y la capacidad de influir positivamente en los demás.
Reflexivo por naturaleza, considera que las experiencias sean estas buenas o malas lo han impulsado a mejorar. Practica una filosofía de vida basada en la introspección y el aprendizaje continuo. “Siempre pido retroalimentación a personas de confianza, no solo en lo profesional, sino como padre, amigo o hijo”, dice. Se identifica con el concepto japonés de Kaizen que es hacer pequeñas mejoras cada día, tanto en lo personal como en lo laboral.
Entre los sueños que Enrique Gilbert tiene trazados, uno a largo plazo es fundar su propia empresa de soluciones tecnológicas con proyección nacional e internacional. Sin embargo, su meta más inmediata lo mantiene concentrado: implementar un ERP desarrollado a la medida para Industrial Pesquera Santa Priscila. “Mi sueño es verlo funcionando el próximo año; ese día será de enorme satisfacción profesional y personal”, afirma.
Se trata de un proyecto que ha compartido con su equipo desde el inicio. “Lo hemos soñado juntos. Cuando esté operativo, podremos decir con orgullo que construimos, desde dentro, un ERP para la empresa número uno en el mundo del camarón”, finaliza Enrique Gilbert.
Datos de interés:
- Estado civil: soltero
- Hijos: 1
- Pasatiempo: boxeo, kick boxing, jiu-jitsu. Compartir tiempo y juegos con su hijo, películas.
- Lectura: El líder que no tiene cargo, de Robin Sharma.
- Película favorita: La vida es bella.
- En 2017, participó en el workshop internacional CLADEA Now Perú: Transformación Digital, donde su propuesta para Cineplanet fue reconocida como la mejor del evento
Hitos profesionales
- 2021 a actualidad: Gerente Corporativo de IT
- 2020- 2021: Jefe de administración IT y Proyectos
- 2018-2020: Coordinador de proyectos
- 2010-2018: Analista de sistemas en Industrial Pesquera Santa Priscila
- 2009-2010: Analista de Sistemas en Juan Marcet.
- 2008-2009: Ingeniero de proyectos en Sudamericana de Software