Desarrollo in-house o soluciones externas, una decisión estratégica de IT

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Por Pablo Novillo, Gerente de Tecnología, Lácteos San Antonio.

La decisión entre desarrollar software in-house o adoptar soluciones externas es una de las más estratégicas que una empresa y el área de IT puede enfrentar. Se trata de equilibrar múltiples factores: el presupuesto, la capacidad del equipo de IT, la urgencia del proyecto y, sobre todo, la naturaleza del negocio. Mientras que el desarrollo in-house permite mayor control y una personalización a la medida de las necesidades, optar por soluciones preexistentes puede acelerar los tiempos y ser más rentable en determinadas situaciones. 

En cualquier planificación anual de IT, el roadmap debe priorizar proyectos que estén alineados con el negocio. Las decisiones sobre el desarrollo de software no son aisladas, sino que dependen directamente de las condiciones financieras y los objetivos estratégicos marcados por la empresa. En esta hoja de ruta permite identificar qué proyectos requieren una solución personalizada mediante desarrollo interno y cuáles pueden resolverse con software disponible en el mercado. Al final, se trata de optimizar recursos y tiempo. 

Contar con un equipo de IT que pueda desarrollar in-house brinda una ventaja cuando los procesos están bien integrados con el sistema core de la empresa. Además, las metodologías ágiles facilitan la respuesta rápida a las necesidades cambiantes del negocio. Sin embargo, mantener un equipo interno no está exento de desafíos: desde retrasos en cronogramas hasta la falta de talento especializado o una carga de trabajo que puede llevar a desvíos en costos y plazos. 

No obstante, el desarrollo interno sigue siendo una opción valiosa, sobre todo cuando se busca evitar la dependencia de múltiples soluciones externas que puedan fragmentar la gestión de datos. Además, tener el control sobre el código fuente permite mayor flexibilidad para ajustar la solución a las necesidades específicas de la empresa, especialmente cuando el presupuesto es ajustado o se ha tenido malas experiencias con proveedores externos. 

Por otro lado, hay casos donde externalizar el desarrollo de software resulta ser la mejor opción. Esto es particularmente cierto cuando los proveedores externos ofrecen soluciones rápidas y económicas, apoyándose en metodologías ágiles que garantizan implementaciones eficientes. Externalizar también tiene sentido cuando el equipo interno no cuenta con los recursos o experiencia necesarios para abordar proyectos que requieren tecnologías específicas. 

Adoptar soluciones ya desarrolladas y probadas en el mercado es una opción atractiva cuando la empresa necesita una integración rápida en sus procesos. Estas soluciones permiten salir al mercado de manera más ágil, ideal para empresas que requieren velocidad y eficiencia. 

Finalmente, tanto el desarrollo in-house como la adopción de soluciones externas deben evaluarse con una visión a largo plazo. Las soluciones internas necesitan una adecuada documentación y deben integrarse en un catálogo de servicios IT para facilitar su mantenimiento. En el caso de las soluciones externas, es importante garantizar que el proveedor ofrezca un soporte continuo y actualizaciones para que la herramienta se mantenga operativa y alineada con las necesidades cambiantes del negocio. 

Este proceso de decisión requiere un análisis meticuloso, donde cada opción debe sopesarse según las metas estratégicas, recursos disponibles y, por supuesto, la capacidad de adaptación tecnológica de la empresa.