Por Belisario Contreras, Senior Director, Global Security & Technology Strategy, Venable LLP.
Los incidentes de ciberseguridad tienen el potencial de alterar la confianza pública en los sistemas, servicios e instituciones digitales. Estos incidentes exponen vulnerabilidades y preocupaciones sobre la privacidad, generando inquietud entre los individuos respecto a la seguridad de sus datos. En ocasiones, los incidentes de alto riesgo desencadenan un escrutinio regulatorio que puede llevar a la implementación de nuevas regulaciones, impactando aún más la percepción y confianza pública en el ecosistema digital.
En este contexto, la ciberseguridad desempeña un rol importante en el desarrollo y mantenimiento de la confianza digital. Proteger datos sensibles, asegurar la integridad de los sistemas y mantener la disponibilidad del servicio son acciones prioritarias. Implementando mejores prácticas y controles de seguridad robustos, las organizaciones pueden demostrar su compromiso con la protección de la información de los usuarios y la mitigación de riesgos. Esto, a su vez, construye confianza y credibilidad. Aumentar la transparencia, cumplir con las regulaciones de seguridad y adoptar estrategias efectivas de gestión de riesgos son esenciales para sostener la confianza digital en una era digital interconectada.
La rápida digitalización de nuestra sociedad ha incrementado la alerta de las organizaciones ante continuas amenazas cibernéticas, preocupaciones sobre la privacidad, y el aumento de regulaciones y expectativas de los usuarios. Las organizaciones enfrentan el desafío de asegurar grandes cantidades de datos, cumplir y responder frente a las regulaciones mientras combaten ataques cibernéticos como el ransomware y los ataques de phishing.
Este entorno demanda una gestión integral de los riesgos de ciberseguridad, que, aunque puede ser compleja, se facilita mediante la adopción de las mejores prácticas de la industria y la implementación de marcos basados en riesgos, como el Marco de Ciberseguridad 2.0 del NIST o ISO/IEC TR 27103. Estos marcos proporcionan una base común de seguridad, taxonomía y léxico que facilitan la mitigación de amenazas.
La legislación y las regulaciones de protección de datos tienen una profunda influencia en la estrategia de confianza digital de una organización. El cumplimiento de reglas estrictas sobre el manejo de datos, contenido del usuario y transparencia es imperativo. Al adherirse a estas normativas e implementar medidas de seguridad robustas y prácticas de datos transparentes, las organizaciones fomentan la confianza demostrando responsabilidad y respeto por una comunicación clara. Esto no solo mitiga los riesgos legales, sino que también fortalece las relaciones con los usuarios.
En cuanto a la privacidad de los datos, es importante que las organizaciones al recolectar datos aseguren la confianza de clientes o usuarios mediante prácticas transparentes, además, la minimización de datos también es útil, al recopilar solo los datos necesarios requeridos para propósitos específicos. Comunicar qué datos se están recopilando, por qué y cómo se utilizarán, y proporcionar a los usuarios control sobre sus datos, a través de mecanismos de consentimiento permitirá que los usuarios tomen decisiones informadas relacionadas con la recolección y el procesamiento de datos.
La transparencia y priorización de los datos proporcionará mecanismos de control a los usuarios y ayudará a construir la confianza.
Para evaluar efectivamente su nivel de confianza digital, las organizaciones pueden emplear múltiples métodos. El primero es encuestas que recopilan comentarios de los usuarios para medir percepciones y satisfacción respecto a su sentido de confianza y seguridad en sus interacciones digitales. También se puede rastrear indicadores clave de rendimiento relacionados con incidentes de seguridad, cumplimiento de privacidad de datos y adherencia a requisitos regulatorios para evaluar cómo la organización está actuando contra los estándares de la industria. Por último, los auditores externos pueden evaluar la efectividad de las medidas existentes de ciberseguridad y privacidad. Al monitorear estas métricas, una organización tendrá una mejor visión de su posición e identificará áreas para mejorar.