El liderazgo en un entorno empresaria de evolución

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Si fuese necesario pensar qué características, habilidades o destrezas serán necesarias para un líder dentro de 10 o 15 años, es probable que sean muy diferentes a las competencias de liderazgo actuales. De igual forma, esto ocurriría si alguien se pregunta qué aspectos eran esenciales hace una década y cuáles se mantienen vigentes.

Reinvención o evolución, esa es una de las premisas que discuten ampliamente los líderes actuales. Ante un mundo dominado por la digitalización, es vital que las nuevas generaciones se mantengan actualizadas, a través de procesos de formación continua, para fortalecer sus habilidades duras y blandas en función de lo que exige el mercado y el mundo de los negocios.

Según un informe presentado por el Foro Económico Mundial, se estima que en los próximos años se llegarán a producir cambios significativos en las habilidades requeridas para ser colaborador en numerosas empresas. De acuerdo con el estudio, se establece que del 75% al 85% de los empleos, que contarán con mayor demanda en 2030, aún no existen.

Por este motivo, muchas compañías han optado por incluir, dentro de sus actividades, estrategias y nuevos conceptos para adaptarse a la competitividad del mercado y contar con personal capacitado para enfrentar los desafíos propios de cada organización.

Miguel Ángel Coll, Gerente General de Estrategical, empresa especializada en consultoría y coaching ejecutivo, señala que, en el mundo laboral actual, se ha optado por emplear el “reskilling” y el “up-skilling”. Estos dos términos están enfocados en perfeccionar, mejorar y optimizar el rendimiento de los colaboradores en sus áreas de especialización.

Para el experto en coaching, ambos conceptos son fundamentales para adaptarse a un entorno empresarial en constante evolución y asegurar un crecimiento continuo en las carreras profesionales. Además, Coll destaca que la implementación de estas estrategias permite fortalecer cuatro aspectos clave para formar a los líderes del futuro:

  • Inteligencia emocional: los líderes del futuro deben conducirse con base en la empatía y la sinceridad, poniendo especial énfasis en asegurarse que todos los colaboradores se sientan escuchados y atendidos.
  • Compresión tecnológica: a través del perfeccionamiento de habilidades y competencias en el campo digital y de manejo de nuevas tecnologías, las personas podrán adaptarse de forma eficaz a aquellos ambientes que están en constante cambio y podrán aprovechar todas las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías.
  • Coaching: la nueva generación de líderes deberá enfocarse en ayudar al talento a descubrir sus propósitos personales, así como estimular a sus equipos a reflexionar sobre las oportunidades de reskilling o up-skilling. Por este motivo, es vital que comprendan la importancia de ser proactivos y estar permanentemente atentos al estado de ánimo de la fuerza de trabajo para poder anticiparse e intervenir de manera oportuna.
  • Resiliencia: una de las claves del liderazgo del futuro es la capacidad de enfrentar y aprovechar las disrupciones. Esta habilidad permitirá que los líderes del futuro se mantengan competitivos en un mercado en rápida evolución. Además, serán capaces de gestionar las tensiones entre la optimización y la innovación.

Miguel Ángel Coll señala que los próximos líderes dentro del campo empresarial se enfrentarán a un mundo mucho más complicado, que exige un liderazgo más complejo y completo. De esta forma, los viejos estilos de liderazgo desaparecerán, planteando a las organizaciones la necesidad de explorar nuevos caminos.