Por Paulina Paredes, Directora de Comunicación y Marketing de UDLA
El primer día de la semana es frecuentemente el espacio para las reuniones de equipos. La dinámica puede variar de una institución a otra, pero debe haber una constante que “rompa el hielo” entre los responsables de distintas áreas: comentar la noticia de la semana en cuanto a tendencias de su área. A partir de eso, el resto puede opinar cómo eso puede impactar en la ejecución de la empresa o cómo está cambiando el estatus quo.
Es frecuente que sea IT quien tenga más novedades que contar. Es lógico, la innovación no para y además es quien contagia los cambios hacia el resto de la organización.
La colaboración efectiva entre las áreas de marketing y tecnología facilita la comprensión de los objetivos de cada una, genera una sinergia y, a la vez, facilita el desarrollo de una visión compartida sobre las nuevas tendencias o herramientas y cómo utilizarlas o adaptarse para mejorar la ejecución de marketing.
Es fundamental estar al tanto de las nuevas tecnologías desde el momento en que se empieza a hablar de ellas, observar desde varios ángulos su evolución y estar atentos a los continuos cambios de los procesos que se dan desde los cimientos y que nos mueven el piso. Por lo tanto, hay que trabajar de la mano con el área de IT, entender, preguntar e investigar sobre el impacto de la tecnología y cómo puede alterar la estructura de nuestros equipos.
Aunque las organizaciones cuentan con procesos para facilitar el trabajo entre los departamentos y los requerimientos de tecnología, es importante tener en cuenta que los procesos son un camino a seguir que siempre será útil; empero, es necesario tener presente que los cambios tecnológicos suelen traer cambios de paradigmas, cambios de modelos de negocio, cambios en la forma de interacción y comunicación de las personas; por tanto, más que tener solo un proceso es necesario ser conscientes desde todas las áreas y -probablemente marketing más- de que estar atentos a las opciones tecnológicas es un plus en toda organización.
La interacción con el área de tecnología para preguntar acerca de lo que está vigente y lo que está por venir abrirá la comunicación permanente; por otro lado, Marketing debe mantenerse informado de lo que está pasando en IT y cómo esto puede agregar valor al trabajo diario. Un ejemplo es la Inteligencia Artificial que hace rato dejó de ser un tema de tecnología y se ha convertido en un motivo de reflexión para muchas áreas de las instituciones que, sin duda, están viendo cómo está moviendo o va a mover los cimientos de lo que considerábamos “la normalidad”.
No hay una sola vía que conecte el trabajo entre el CIO y el CMO pues se debe atender las necesidades de los múltiples usuarios: la del cliente y del área de negocio las mismas que deben estar unidas a la visión de tecnología y a la estrategia corporativa.
Las metas y objetivos parten, primero, de la dirección general y se materializa en los proyectos de cada departamento. Muchos de esos proyectos concretos deben estar complementados entre un área y otra. ¡Nadie es una isla!
Lo que se propicia es una conversación entre ambos y una relación constante, abierta y de intercambio de conocimiento, experiencia e ideas para poner en marcha la planificación y ejecución de acciones para cumplir con los objetivos particulares de cada una de las unidades de negocio.
Para mejorar la colaboración entre el Chief Information Officer, CIO y el Chief Marketing Offcier, CMO, más allá de las herramientas tecnológicas, es importante trabajar con equipos multidisciplinarios. Las habilidades o competencias necesarias para trabajar juntos de manera efectiva tienen que ver con una clara visión del impacto de las tecnologías en los procesos y en los resultados.
Habrá oportunidades en las que se querrá ser pionero en implementación y otros en los que se verá la opción de adoptar algo cuando esté en su momento de madurez.
Además, tener un equipo que mida diversos factores como los beneficios a corto y mediano plazo de un proyecto/tecnología; los cambios que va a generar dentro de los procesos actuales y los futuros.
Definitivamente, los beneficios que pueden obtener las empresas al mejorar la colaboración entre el CIO y el CMO son infinitos. Por ejemplo, tener dos visiones tan diferentes para un mismo reto siempre es muy valioso para una organización. Un CIO mirará cómo una nueva tecnología impactará en los sistemas actuales, cómo se va a integrar y qué recursos serán necesarios para implementar y mantener; un CMO querrá ser un usuario “aventajado” de la tecnología porque su misión es cumplir objetivos y -generalmente- tiene el tiempo en su contra.