Rebeca Schnabel, Jefe de Sistemas, Pirecuasa
La aplicación de la tecnología al ámbito agrícola es cada vez más frecuente en las empresas ecuatorianas. La optimización, el control de las fases de cultivo y la automatización de la producción agrícola están en las agendas de las áreas de operativas, producción y de negocio.
El mayor reto de las empresas del sector agrícola durante 2022 fue mantenerse conectado sin perder la continuidad del negocio; cambiando la forma de operar con la aceleración de la transformación digital. Adaptándose a una estructura de trabajo híbrido remoto e interconectado.
Al momento, la mayor prioridad tecnológica para el sector agrícola es llevarlo a la nube; de manera que el acceso para el control de cultivos desde la plantación, producción, distribución y trazabilidad de la logística de la operación se realice desde cualquier parte del mundo.
Además, de la sistematización y automatización de la cadena de producción para contar, con información en tiempo real que permita generar indicadores de producción, por ejemplo, actividades de pesaje inteligente en tiempo real, con herramientas de inteligencia de negocios que entreguen datos sobre el rendimiento y facilitar la toma de decisiones.
Esto, porque las industrias del sector agrícola buscan aumentar su producción para cumplir con la demanda del mercado, mejorando cada una de sus funciones operativas con tecnología. Y en esa medida, van delineando los planes estratégicos y de adopción tecnológica analizando todos los factores internos y externos como el ambiental, jurídico y sobre todo tecnológico.
La concentración del uso de tecnología es hacia lo digital o hacia una agricultura inteligente, por lo que resulta prioritario, primero un adecuado acceso y conectividad directa al campo para alcanzar la interconexión de dispositivos que mejoren la fluidez de la información, además, se requiere del mejoramiento de la infraestructura IT para lograr una mayor y mejor conexión a la cadena de valor y personas permitiendo la sostenibilidad del negocio.
En este último, año el sector agrícola ha sufrido una transformación elevada gracias al compromiso de la alta dirección quienes desarrollan estrategias apoyadas en tecnología. A ello, hay que añadir, el aporte de empresas proveedoras de servicios de conectividad que desarrollan iniciativas para mantener conectado al sector agrícola apuntando a la adopción de tecnologías disruptivas como IoT, uso de drones, analítica de datos, IA, etc.
Sin lugar a dudas, en el sector agrícola proyección para el sector agrícola está en tendencia en IoT aportan al negocio de manera productiva dándole una mayor trazabilidad digital donde la calidad y análisis de la información se evidencia al momento que está pasando las cosas.
El IoT permitirá a través del uso de sensores y dispositivos conectados a lo largo de la cadena productiva, agilizar los procesos de recolección, rastreo y seguimiento de productos.
Al igual que en otros países, muchas empresas del sector agrícola en el país, están implementando Big data para extraer datos, disponer de estadísticas y cifras para definir estrategias de una agricultura más productiva. Para el monitoreo de cultivos utilizan drones y la aplicación de IA para desarrollar herramientas para la gestión de cultivos, etc.
Aunque existe un gran avance en la adopción de tecnología sobre todo de automatización, aún es pronto para señalar que en el 2023 el sector alcanzará madurez en sus procesos de transformación digital. Aún hace falta un cambio en la cultura organizacional sobre los niveles de confiabilidad que tiene la tecnología, lograr el compromiso de los altos mandos, la creación y cambio de equipos que lideren la digitalización, confiar en la información y actualizar o renovar la infraestructura existente.
El mayor desafío en los procesos de adopción tecnológica del sector agrícola es gestionar el cambio. No es suficiente el apoyo gerencial, se necesita una mejor y mayor interacción con los colaboradores y generar compromiso para la modernizar la manera en que se realizan las cosas.