Magdalena De Luca es ingeniera de cómputo y su espíritu de liderazgo nació desde el mismo día que empezó a estudiar la carrera en 1979. Fue una de las primeras mujeres en seguir esa profesión, sin embargo, toda su vida fue una empresaria. Hoy trabaja en 17 países, con una organización de más de 700 personas y lidera procesos de transformación digital de más de 500 empresas en la región.
No ha sido una limitación las fronteras ni el género porque como profesional “he mantenido en alto ese lema de que el talento no tiene género, y aunque me ha tocado esforzarme el doble o triple que el resto de empresarios, lo he logrado”.
El líder actual debe unir el talento con las ideas visionarias y demostrar su capacidad para transformar y cambiar procesos óptimamente, sin importar cuántos años tengas, pues el liderazgo no tiene edad.
Construyó un liderazgo basado en la experiencia cubriendo tres importantes frentes: el relacionamiento con proveedores, clientes y sus colaboradores.
Para Magdalena hay una frase que simplifica el cambio y la adaptación: “El futuro es en tiempo real” y en esa medida, “el liderazgo debe sufrir cambios continuos”, dice.
En ese relacionamiento, el liderazgo hacia los clientes debe generar confianza, experiencia comprobada en cada proceso de trabajo; de igual manera, con los proveedores, respetando lo que es y hace cada marca, compartiendo una visión global.
Para la empresaria, el liderazgo con enfoque en la transformación se sustenta en el cambio pensando en el futuro, midiendo los riesgos, convirtiendo las crisis cotidianas en oportunidades. “El futuro será digital pero el reto será humanizarlo”.
Señala que muchas de las organizaciones usan la tecnología para gestionar el talento humano y la experiencia de los clientes, pero si no lo personalizan, no funcionará. “Hay que llegar al medio digital, conociendo, personalizando, humanizando y ese toque humano en tecnología se logra con agentes inteligentes conversacionales, agregando en las organizaciones, perfiles profesionales con conocimiento de comunicación, PNL, contenidos, conocimiento del cliente, etc”.
El líder debe ser visionario en tiempo real, pero sobre todo humano, capaz de adaptarse ágilmente y cambiar el rumbo según las disrupciones de la transformación. Los perfiles 100% tecnológicos deben complementarse. De modo que, aunque el área de mercadeo o talento, por ejemplo, requiera de herramientas, es necesario del especialista y de la estrategia adecuada para tocar al cliente o mejorar la relación con las personas.
Frente a este futuro digital, las nuevas generaciones buscan modelos de trabajo por objetivos. Sostiene que los líderes deben cambiar sus procesos de tercerización de servicios considerando que la “uberización” creó especialistas que trabajan por horas; y lograr liderar equipos multidisciplinarios, multigeneracionales y todo lo que implica esta nueva composición de mecanismos laborales.
Magdalena, es muy activa y conectada con la gente, el 70% de sus colaboradores son millennials de quienes escucha y aprende, además se nutre de sus colaboradores, clientes, aliados para generar nuevos proyectos e ideas.