Un proyecto de investigación durante la secundaria, le abrió las puertas del mundo de la tecnología a Paula. Inició su carrera en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, en su generación, la del 93, fue de las pocas mujeres en cursar la carrera de ingeniería de sistemas. Vivió una etapa donde los libros de consulta eran pocos y en inglés, no disponía de computadora, Alta Vista como buscador, y lenguajes de programación assembler y Cobol e inclusive profesores que dictaban sus clases con libros.
Fue una alumna dedicada, tenía buenos puntajes, pero más que eso dice Paula Villagómez, “me esforzaba por aprender, razonar, hacer mejor las cosas y entender cómo aplicar lo que estaba aprendiendo para mi futuro”.
“He aprendido que esta carrera no es estática”, “Hay que estar en constate investigación y formación para innovar”. “Eso es lo que me gusta de esta carrera”.
Actualmente, está por finalizar un PHD.
Ha pasado por distintos sectores de industrias: la banca, empresas de servicio de IT. Aprendió de las migraciones de sistemas. Recuerda perfectamente, el Y2K de la banca. Una fecha que muchos veían como una catástrofe debido a que desconocían cómo reaccionarían los sistemas del paso del año 1999 al 2000, y cómo se adaptarían el reloj de los cuatro dígitos de los equipos y sistemas. “Hicimos un check list de todos los procesos, de manera que no haya afectación para los clientes”.
De todos ellos, el sector que le cautivó fue el educativo. Allí labora desde hace 18 años. “Encontré la mejor forma de aportar con mis conocimientos h.”
Recuerda cómo la tecnología ha cambiado en esta institución. De conexiones de 256 Kbps cuando ECOTEC era un instituto tecnológico a 1 Giga y medio de ancho de banda y más de 13 mil alumnos en la universidad.
“He vivido interesantes retos, no nos hemos aburrido”, tanto que ahora ya está desarrollando ideas sobre el metaverso aplicable al sector y a la universidad.
Para Paula, su aprendizaje siempre va de la mano con la investigación, pero también del feedback que percibe de sus superiores. Habla de las cualidades inspiradoras de sus jefes. “Ha sido motivador e inspirador ver el espíritu tecnológico del vicerrector administrativo Carlos Ortega con quien coincidimos en ideas de aplicación para la institución”. “La confiablidad, capacidad investigativa y de liderazgo, me ha permitido trasladarla al equipo de trabajo del área de sistemas”.
La ejecutiva tiene a cargo 10 colaboradores divididos en desarrollo, sistemas, front, soporte e infraestructura, seguridad, manejo de redes. Un líder dice, debe conocer sus fortalezas, pero sobre todo, sus limitaciones. “Un líder debe saber comunicar, escuchar y ser empático con el equipo de trabajo”. “He demostrado a mis colaboradores que los logros alcanzados son producto del desarrollo y liderazgo de todos”.
En los momentos críticos, Paula los toma con tranquilidad, tratando de encontrar el equilibrio necesario para responder a los problemas. Busca la participación de cada colaborador y tras una lluvia de ideas aparecen alternativas de solución. “Y lo hacemos a la guayaca”, dice utilizando un término suyo, que significa hacerlo con fuerza, pasión y ñeque. “Gracias a Dios hemos logrado todo lo propuesto”
A la alegría de los desafíos tecnológicos cumplidos se suma, los 20 años de matrimonio y el apoyo constante de su familia y esposo.
Ama los espacios en familia, jugar con sus hijos, ir a la playa, viajar. No practica deportes físicos, pero le gusta el ajedrez y aquellos que tengan componentes de estrategia.
Las lecturas que disfruta son espirituales. Ha leído a San Luis María Grignion de Montfort, Tomás Moro, pero también, textos afines a su profesión, por ejemplo, el metaverso.