Por Gloria Inés Sandoval O. Coach ontológico & Programación Neurolingüística
De liderazgo se dice y escribe mucho, modelos tan variopintos como colores de la naturaleza, sin embargo, su aplicabilidad para obtener resultados positivos tanto a nivel familiar, en nuestros equipos de trabajo y en nuestras organizaciones depende de nuestro interior. ¿Qué nos dice ese Luca interno, se atreve o no a explorar y descubrir hasta dónde puede llegar? Es tiempo de hacer una retrospectiva y autoanalizarnos bajo las instancias macro del liderazgo y plantearnos un mapa que irradie lo que somos.
El camino del líder es una construcción constante basado en el aprendizaje, la experiencia e integridad combinado con lo que somos y tenemos en el interior para proyectarlo hacia fuera y transformar desde nuestros espacios al mundo.
En esa vía vamos diseñando una dirección, despertando un modelo propio de liderazgo, creando confianza y una guía individual para resolver los desafíos de la vida, liderarse primero para liderar y reconstruir espacios en los que la gente quiera pertenecer.
Revisar nuestras características y buscar las cualidades interiores que poseemos, reconocer si somos un líder instintivo o de acción, un líder emocional o que lidera enseñando; un líder espiritual que lidera inspirando o ese líder que se domina así mismo.
Dominarse así mismo es controlar esa conversación privada que se interpone en el rol de vida. Las conversaciones de juicios personales responden a la pregunta: “¿Por qué ocurrió?”. A través de ellas damos sentido a algo que ha ocurrido, hacemos interpretaciones acerca del por qué se han producido los hechos y asignamos responsabilidades. Por ejemplo, si voy conduciendo y me doy cuenta que tengo una rueda pinchada en el carro. Mi primera reacción es: ¡No puede ser! Generalmente, lo que ocurre es que después de la primera declaración, entramos en una cadena de juicios: Siempre me pasa este tipo de cosas, tengo muy mala suerte, cómo ha podido pasarme a mí, justamente ahora que tengo una reunión, etc.
Estos juicios personales surgen automáticamente cuando estamos en un quiebre y lo interpretamos, pero de ninguna manera, muestra que nos hacemos cargo del mismo, es decir, la conversación está atrapada en el quiebre donde emitimos juicios de manera repetitiva e injusta.
De la misma manera sucede en el ámbito profesional. Tuve un jefe que cuando ocurría un evento en el que se debía asumir la responsabilidad, no lo aceptaba. Su conversación interna era su ego que buscaba culpables sin importar pasar por encima del profesional que tenía al frente para quedar bien con sus jefes. ¿Eso es ser un buen líder?
El dominio personal implica conocerme más, ser consciente de mis fortalezas, debilidades, emociones, estados de ánimo, pensamientos, creencias y valores que motivan mi conducta, y la manera en que impacta en los resultados tanto en lo profesional, lo familiar o social. Para ello, es importante empezar a establecer una brecha entre la realidad actual y la realidad deseada
Si como líder encuentro funcional y motivante establecer esta brecha, será el inicio para fomentarla en el entorno familiar, social y profesional, entre pares, colegas o colaboradores del equipo de trabajo.
Recuerdo desde muy niña, mi madre me impulsó a vivir esa realidad actual y definir la brecha que me llevaría a mi realidad deseada. Con una característica individual propia de optimismo definí la brecha no solo personalmente sino dentro de mi familia y el entorno organizacional que viví a través de los años. Con esa visión de futuro optimista, enfrenté en positivo las circunstancias, por ejemplo, el machismo que me tocó vivir, me formó e impulso de manera sistemática, en mi crecimiento individual, el cual ha impactado en el crecimiento de mi entorno.
Cuando estas contento con ser simplemente tú, todo el mundo te respeta. Un análisis de las cualidades personales a través de una introspección y el autoconocimiento abrirá la oportunidad de alcanzar un nivel de consciencia plena, aceptaremos los fallos personales y mejoraremos la comunicación para el liderazgo. Por ello, es importante abrazar la simplicidad, rodearnos de valores internos, aprender a gestionar los pensamientos y no al contrario.
Sin lugar, a dudas con ese reconocimiento interno, podremos ser empáticos y comprender la visión del otro. Aprovechar nuestras competencias, lo que somos individual e internamente para entender al otro, porque de lo contrario: al pretender dominar a las personas no se logra un clima laboral de trabajo en equipo.
Cualidades del líder
- Inspirar
- Proponer
- Motivar
- Influir
- Aprender a tener la capacidad de rediseñarse.