Por Doris Reyes, Consultora de liderazgo y productividad
Un presentimiento, el sexto sentido, una corazonada, la intuición. Puedes llamarlo como te sientas a gusto. Si, son reales, y hacen parte de la historia misma del ser humano, de esas “señales” que percibimos alrededor de algo o alguien, y por las cuales se han tomado grandes decisiones que han traído aprendizaje y construcción colectiva en las organizaciones.
Bienvenido a este mundo del liderazgo y la intuición que, aunque puedan parecer contradictorios son una dupla de lujo. La información aquí descrita te dará respuestas que probablemente en otro momento se catalogaron como poco “profesionales”. Sin embargo, gracias a recientes estudios se ha confirmado que la intuición es uno de los mayores indicadores de inteligencia en el ser humano y el fundamento de más del 54% de las decisiones estratégicas que adoptan los líderes, sobre todo cuando llegan a un punto de sobre análisis. – PwC y Forbes.
La intuición también es una forma de liderar, y aquí aprenderás a desarrollar esta habilidad, para hacer buenos y productivos negocios.
Si bien es cierto, vivimos en medio de la era digital, donde los datos son un gran indicador para la toma de decisiones, cada acción también está impulsada por esta inteligencia superior llamada intuición, que, según la ciencia, es la habilidad de conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.
Tenemos casos de empresarios como Ray Kroc, el fundador de McDonalds, quien tuvo que recurrir a su intuición para aceptar la propuesta de compra de la hoy famosa hamburguesería, aunque sus asesores le recomendaron que no lo hiciera pues no veían futuro a ese negocio. De la misma manera, Steve Jobs, siguió su intuición al innovar en el mundo tecnológico con sus productos como el IPod o IPhone cuando las tendencias del mercado eran distintas.
Entonces, ese presentimiento sobre alianzas que no llegarán a buen puerto, o ese candidato con el que definitivamente no se logra el feeling deseado, aunque toda la data diga lo contrario, es real.
Así como el marinero orienta su barco tomando en cuenta, el análisis histórico de sus travesías previas, la dirección del viento y el olor del mar, la intuición debe acompañar en la toma de decisiones, en las relaciones interpersonales, así como en la solución de problemas, la innovación, el aprendizaje y en el aprovechamiento de las oportunidades de negocio.
La intuición es una cualidad innata de los seres humanos que le ha permitido desde tiempos primitivos desarrollar mecanismos de supervivencia, reaccionar frente al peligro antes de que nuestra mente pueda explicarlo. Como lo menciona Elena Sender en el dossier: “Intuición, cuando el cerebro se libera” publicado en Sciences et Avenir, el pensamiento intuitivo es producto de la recopilación instantánea de memorias, situaciones similares o iguales vividas u observadas en el pasado que permite llegar a soluciones de manera directa, sin pasar por un razonamiento analítico o lógico.
La intuición aflora como un algoritmo de inteligencia artificial de nuestro propio cuerpo, desde el que se analiza a gran velocidad toda la información que se acumula en nuestra mente inconsciente, una especie de big data a la que no tenemos acceso de manera consciente, ya que se calcula que a nivel inconsciente procesamos más de dos millones de bits por segundo, mientras que a nivel consciente mucho menos del uno por ciento de esa información, por lo que a veces tomamos decisiones que no van en línea con la lógica pero que finalmente son beneficiosas.
El psicólogo americano Gary Klein, pionero en las investigaciones sobre los mecanismos de decisión, encuestó a 93 Premios Nobel, de ellos, 82 reconocieron haber llegado a sus descubrimientos siguiendo su intuición. Klein ubica la inteligencia analítica en el hemisferio izquierdo del cerebro y la inteligencia intuitiva en el hemisferio derecho.
Esta información con estudios reales nos da una visión concreta y certera de cómo el “sexto sentido” forma parte de nuestras habilidades y nos invita a identificarla y/o aprender a desarrollarla para seguir nuestra intuición y lograr plenitud con las decisiones tomadas.
Reconocer el sentido de alerta
Vivimos en un mundo inundado de información y estadísticas que sin lugar a duda brinda bases para tomar decisiones, sin embargo, aprender a reconocer este sentido de alerta que se presenta de forma particular en cada individuo es todo un desafío: no queremos vernos incompetentes o poco fiables si en una sesión corporativa, decimos: “tengo un presentimiento”.
La intuición es un complemento de la razón, pero sin duda se necesita cultivar y estimular haciéndonos responsables por completo de los resultados. No todas nuestras voces interiores son presentimientos, pero sin duda ejercitarnos en reconocerlas nos permitirá mayor autenticidad. El diseño humano profundiza en cómo identificarla según la propia individualidad.
Entrar en contacto con la intuición
La atención plena o Mindfulness, la meditación y el yoga han ayudado a los líderes a estar en mejor contacto con su intuición. Masaru Ibuka, el cofundador de Sony, afirmó que para tomar decisiones importantes suele seguir un ritual: tomar un té y meditar antes de decidir o desistir.
Nuestro cuerpo e inconsciente guardan sabiduría y cada aprendizaje nutre nuestra vida, por lo que solamente a través de la práctica consciente y constante es posible desarrollar la intuición.
- Realizar estas prácticas todos los días al menos 3 semanas para ir construyendo el hábito y apropiarlo cómo parte de tus rutinas
- Obsérvate sin juzgarte, poco a poco sentirás cambios en tu manera de actuar, en tu percepción, pues tu habilidad para sentir cuándo algo te hace feliz y te entrega tranquilidad cada vez será mucho más clara de percibir.
A practicar:
Ejercicio 1: Observa tu respiración en su estado natural, luego piensa en algo negativo. ¿Qué hace tu respiración? Entonces piensa en algo ultra positivo, ¿cómo respiras?
Así, tu respiración se convierte en una herramienta para detectar lo que es bueno para ti y lo que no, y puedes usarla en todas las circunstancias, siempre que le prestes atención a la primera respiración después de recibir la información.
Ejercicio 2: Meditación, puedes empezar por apenas 5 minutos donde te sientas y simplemente no haces nada, solo observar. Entrenar a la mente enfocándose en el presente para desplegar progresivamente a un conocimiento más profundo de nosotros mismos.
¿Te gustaría conocer más sobre como implementar estas herramientas?
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