Una apuesta por la diversidad, la equidad y la inclusión en el sector de tecnología.

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Thoughtworks, consultora tecnológica, que busca que las empresas prosperen como negocios digitales, ha hecho de la diversidad e inclusión un pilar fundamental en su cultura corporativa, incorporando políticas para conformar un equipo equitativo, reflexivo e integrador que abre la puerta a distintas comunidades, grupos sociales y étnicos, para que formen parte del sector tecnología.

Samantha Gordillo, Directora de Cambio Social de Thoughtworks Ecuador, explica que, en la búsqueda de soluciones para superar estas problemáticas y contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa, las empresas desempeñan un rol fundamental. “Para nosotras, la inclusión es tarea de todas las personas, pues nos unifica como comunidad y saca lo mejor de las personas y los equipos. Por eso, encontramos y fomentamos el talento diverso, queremos que Thoughtworks sea un hogar para todas, todos y todes, sin distinción de edad, origen étnico, diversidad sexual, género, religión, discapacidad o cualquier otro elemento de la identidad de cada persona. Creemos firmemente que cuando ayudamos a crecer a los demás, crecemos nosotras mismas, y nos alegra enormemente que las personas a menudo digan que desde que están en Thoughtworks, es la primera vez que pueden ser ellos y ellas mismos en el trabajo”, asegura la experta.

En el mundo, y Ecuador no es la excepción, las personas que pertenecen a un grupo LGBTQIA+ a menudo enfrentan algún tipo de violencia y/o discriminación, por eso se han creado indicadores a nivel mundial como el índice de igualdad en el lugar de trabajo de Stonewall, que muestra los mejores lugares para trabajar para las personas que se identifican con el grupo LGBTQIA+. En 2020, Thoughtworks alcanzó el puesto 53 en el Top 100 de este índice, escalando un total de 261 lugares desde que ingresó en la medición en 2015 manteniéndose siempre fieles a su cultura: valorar a las personas por encima de las políticas y los procesos e impulsar un cambio positivo e intencional en lugar de simplemente marcar casillas.

Con relación al tema de equidad de género en el sector tecnológico, de acuerdo con la UNESCO, en numerosos países las mujeres jóvenes representan solamente el 25% de los estudiantes de carreras STEM. Además, la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo IEA, afirmó que en casi todos los sistemas educativos (87%), a los niños les gusta escoger más a menudo que las niñas, una carrera relacionada con las matemáticas, lo que es una muestra de que demasiadas niñas y mujeres se sienten desalentadas por las normas y los estereotipos de género que son determinantes cuando deciden las carreras que quieren estudiar. En el caso particular de Ecuador, estas cifras se reflejan en que, de cada 10 investigadores en la rama científica, 4 son mujeres].

Estas diferencias de género no solo se presentan al momento de estudiar, según el reporte ‘Women in Technology by PageGroup’, sólo el 26% de las empresas en Latam tiene programas de retención y atracción de talento femenino]. “El proceso de inclusión femenina debe ser una tarea conjunta de todos los actores de la sociedad, teniendo en cuenta que esto comienza incluso en las primeras etapas educativas. Nosotras estamos orgullosas del trabajo que hemos realizado, En 2019 fuimos nombrados ‘Empleador del año’ para mujeres en tecnología en los premios Women in IT y nuestro objetivo es alcanzar un 40% de mujeres en puestos tecnológicos durante este año”, asegura Gordillo.

La inclusión, además de generar un ambiente cómodo que impulsa lo mejor de las personas y los equipos, también trae beneficios en los modelos de negocio. Según estudios de Gallup Workplace, los ambientes laborales incluyentes aumentan 39% la satisfacción del cliente, 22% la productividad y 27% la rentabilidad del negocio. Ramiro Castillo, Director General de Thoughtworks en Ecuador, resalta que en la compañía valoran la diversidad tanto en su cultura organizacional, y que tanto sus clientes como la industria se benefician de los antecedentes, las experiencias y las perspectivas de un equipo incluyente que refleja las particularidades la sociedad para la que trabajan.

Castillo afirma que “es momento de construir un futuro tecnológico justo, lo que significa que el sistema social debe incluir las voces que históricamente han sido excluidas. La tecnología cambió el mundo y la sociedad, y continuará haciéndolo, y desde América Latina tenemos un gran potencial para ser parte de ello en términos de justicia social y diversidades”.