Por: Silvia Ramos, CEO Sonda Ecuador.
La industria de la tecnología es una de las áreas más prometedoras para los jóvenes profesionales, cada año podemos ver su fuerte crecimiento, convirtiéndose fácilmente en uno de los sectores más relevantes para el desarrollo económico de las sociedades alrededor del mundo. Sin embargo, hoy las mujeres que trabajan en dicha área representan menos de un 25% del total. Es decir, 25 de cada 100 mujeres trabajan en carreras de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Esta problemática se origina en las bases de nuestra sociedad y comienza mucho antes de lo que pensamos. Si bien existen pocas mujeres en la industria TI, existen aún menos jóvenes que se interesan por las carreras STEM, sin ir más lejos, en Ecuador, la matrícula de las mujeres en estas áreas de estudio, hasta el 2020, era solo del 16%. Entonces ¿cómo incentivamos que las niñas se interesen por las áreas de las ciencias, tecnologías y matemáticas?
Es en este punto donde todos los actores de la industria debemos concentrar nuestra mirada, puesto que, si nuestro desafío es aumentar nuestra capacidad de innovación y revolucionar el mercado de la tecnología, debemos ampliar nuestras perspectivas y con ello la diversidad.
Asegurarnos de que las niñas tengan las mismas oportunidades y los mismos incentivos para interesarse en las carreras STEM, es deber todos lo que formamos parte de este sector y una responsabilidad que debemos compartir tanto a nivel público como privado.
Como empresa de tecnología, estamos aún más comprometidos con la disminución de la brecha de género a nivel regional, incorporando iniciativas que impacten no solamente a nuestros más de 13 mil colaboradores, sino también, a sus familias y su entorno. Creemos que parte del desarrollo de una sociedad equitativa, comienza por generar una conciencia sólida sobre la importancia de aumentar nuestra representividad en este sector.
Pero la labor no puede quedar ahí, la inclusión de la mujer en la industria se debe trabajar todos los días. En esta línea, además de incentivar a las jóvenes a ingresar a carreras STEM, debemos acompañarlas en su desarrollo profesional, potenciando sus habilidades con programas de empoderamiento y mentorías entregadas por mujeres con más tiempo en esta industria, creando así, una red de profesionales que va mucho más allá del networking, generando lazos de valor e impactando en la sociedad.
Pero esto no es todo, hoy más que nunca el desarrollo de un ambiente laboral que permita conciliar la vida personal con la vida profesional es la clave para atraer y retener a los talentos. Y es en este sentido que nos sentimos orgullosos de contar con políticas de reclutamiento pensadas en ellas, prácticas de flexibilidad que les otorgan un real equilibrio, participación en grupos de afinidad, entre otros.
Es momento de cambiar el futuro y para esto necesitamos ver en el presente cómo podemos aportar para que la participación de las mujeres sea atendida desde su etapa escolar. Debemos involucrarnos en este cambio, para que mañana, veamos a más niñas liderando las áreas científicas, más mujeres ingresando a las carreras STEM y para que podamos contar con su valor dentro de nuestras empresas.
Si queremos un futuro paritario, debemos comenzar a trabajar hoy.