Como parte de la estrategia de competitividad para el sector productivo, el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (MPCEIP), presentó las 20 iniciativas clúster correspondientes a los sectores: forestal; café y elaborados; textil y de moda; logístico; plásticos; tecnológico; chocolate; arroz; bebidas alcohólicas; oleaginosas y aceites; industrias creativas; industria láctea; atún; innovación en salud; super foods; financiero; bananero; minería responsable; cáñamo industrial ; y, desarrollo inmobiliario.
Hasta el momento, han definido actores e identificado oportunidades. El Clúster de Tecnología de Guayaquil, es parte de estas iniciativas, fue lanzado en agosto del 2021 gracias a la articulación del Municipio de Guayaquil, a través de la Empresa Pública Municipal para la Gestión de la Innovación y la Competitividad, ÉPICO, con el apoyo de más de 80 empresas privadas de la ciudad, proveedoras de industrias especializadas, que colaboran para incrementar la competitividad, innovación y fomentar las nuevas tecnologías.
Pamela Crespo, Encargada de Proyectos de Transformación Digital de ÉPICO, señala que el índice de madurez industrial evalúo cinco grandes aspectos: la Gestión del producto, de los recursos, la información, gestión de la organización e innovación.
Los resultados de la muestra de empresas Pymes del sector agroindustrial señala que obtuvieron un indicador de 2.06 sobre 4 que son los estados de la revolución industrial hasta el momento. “Este indicador significa que estamos a 94 años de diferencia, en relación con la industria 4.0, es decir que estamos entre la segunda revolución industrial y la tercera revolución industrial, donde predomina la mecanización”.
Por otro lado, señala que, en el acompañamiento para este diagnóstico, se dieron cuenta que no solo existe una brecha tecnológica en relación con países sino al tipo de empresas. “Las empresas ecuatorianas tractoras, alcanzan un indicador de madurez industrial entre 3.6 a 3.8”.
En la adopción hacia la industria 4.0 existe una brecha entre empresas grandes y Pymes (pequeñas y medianas empresas) y en cada una de ellas, existen oportunidades de mejora, por ejemplo, impulsar temas de gestión de recursos para el desarrollo de subproductos de valor agregado, como menciona Pamela Crespo; mientras que el reto de las Pymes es fortalecer sus capacidades y cadena de valor para alcanzar buenos niveles de madurez industrial y mantenerse en el mercado.
Finalmente, comenta la importancia de que las Pymes lleguen a la segunda revolución industrial incorporando el componente de transformación digital y alcancen competitividad.