La forma tradicional de desarrolla software o aplicación ha cambiado. Actualmente, las fábricas de software incorporan mejora continua y metodologías ágiles para cumplir con entregables en tiempos pre-establecidos y de alta calidad. Hacerlo a la medida implica seguir las mejores prácticas de desarrollo, la provisión de soporte técnico y una participación colaborativa para el seguimiento continuo en cada etapa del proceso de desarrollo.
Uno de los grandes desafíos que enfrenta la región se relaciona con la adopción de tecnologías digitales en el proceso productivo.
Según estimaciones, al 2017 el comercio mundial transfronterizo de bienes (B2C) alcanzó los US$ 412.000 miles de millones (lo que equivale al 2% del comercio mundial de bienes) y el de servicios suministrables digitalmente.
Una fábrica de software requiere de profesionales de carreras en TIC, con mallas curriculares compatibles con las necesidades actuales que generen competencias técnicas y de gestión.