David Ramírez M
Arquitecto Certificado Blockchain CEO de Blockdata
Blockchain o cadena de bloques es una de las tecnologías disruptivas que está cambiando la forma como se percibe la confianza entre los actores de un ecosistema gracias a su característica principal: de ser una “base de datos” distribuida, sin autoridad central, de naturaleza inmutable, auditable y transparente. De manera que, una vez realizada la transacción, ya no puede ser cambiada, y cada operación que se realice en esta cadena necesita un acuerdo o un consenso entre todos sus participantes.
La primera aplicación práctica de blockchain son las criptomonedas, por ejemplo, el Bitcoin y Ethereum, cadenas de bloques públicas a las cuales, cualquier persona se puede unir teniendo una billetera digital y comprando el criptoactivo.
Con el tiempo algunas empresas desarrolladoras vieron que se podía aplicar el concepto de cadena de bloques, para convertirlas en permisionadas o privadas, creando consorcios o grupos de entidades que son participantes certificados o de confianza dentro de estas redes privadas y son quienes validan las transacciones. Ejemplo de este tipo de son: Hiperledger, Multichain, Kaleido, Openchain, Corda, Alastria, por mencionar algunas.
Las aplicaciones de estas redes son múltiples y abarcan un gran espectro, agricultura, ganadería, transporte, medicina, votaciones, tickets, financiación colectiva, notaria digital, y por supuesto; banca y finanzas
La industria financiera internacional está investigando rigurosamente esta tecnología, identificando potenciales ventajas en la reducción de costos, agilidad en los procesos, mayor transparencia en las transacciones y mejoras sustanciales en casos puntuales.
Al ser una cadena de bloques en una base de datos distribuida, la posibilidad de éxito de ataques a instituciones financieras y que los ciberdelincuentes alteren información se reduce drásticamente.
En los procesos de transferencias internacionales el uso de blockchain elimina los intermediarios, un ejemplo, de ello es la red de Ripple, un protocolo de pagos basado en el paradigma peer to peer, que funciona desde hace varios años y se perfila como el sucesor del sistema SWIFT.
Otro aspecto del blockchain aplicable al sector financiero es la recaudación de fondos o Crowdfunding. Actualmente, los mecanismos de financiamiento colectivo difícilmente salen de su entorno doméstico. A través de la tokenizacion de activos, no existen barreras los proyectos pueden financiarse desde cualquier parte del mundo.
En el caso concreto de Ecuador, aún se percibe un sigilo en la adopción de esta tecnología como aliado en el sector bancario y financiero, tampoco existe el interés suficiente para investigar y desarrollar aplicaciones dentro de esta industria. Sin embargo, existen casos puntuales. La prueba de concepto denominada Ecupay TPS aplicado a transferencia de dinero digital usando una red transaccional privada.
En 2019 una institución bancaria del país utilizó blockchain para reemplazar los puntos de recompensa o loyalty rewards denominada Criptopuntos. Y recientemente, en 2021, la iniciativa Yanapana propone un servicio de Crowdfunding usando blockchain para financiar proyectos mediante modalidades de donación, equity y préstamos.
En el país, los casos de uso de blochchain en el sector financiero son muy pocos. Esta es una señal inequívoca de que falta mucho por hacer para promover y persuadir a los miembros de la alta dirección de las entidades bancarias, cooperativas, para considerar al blockchain como aliado de su negocio.
Con la Ley de Emprendimiento e Innovación aprobada en 2020 y la propuesta de Ley Fintech presentada ante el legislativo este año, se abre una puerta para el análisis, revisión y adopción de la tecnología blockchain como un eje fundamental para la innovación financiera. Y se propicie activamente “sandbox” regulatorios, pruebas de concepto y programas de aceleración para fintech alrededor de blockchain posibilitando desarrollar una oferta de servicios financieros disruptivos que brindarán mayor rentabilidad a las instituciones y al mismo tiempo mejorarán la experiencia.
Estamos en el momento correcto, o dicho mejor; aún estamos a tiempo.