Este año, en un informe de la CAF – banco de desarrollo de América Latina pre COVID-19, se explicaba que si para el 2030 Latinoamérica es capaz de cerrar la brecha de digitalización con la OCDE, generaría un impacto en la productividad que permitiría a los países de la región crecer por encima del 3 % anual. Esta convergencia generaría, además, más de USD 700.000 millones de crecimiento extra dentro de diez años y la creación de más de 400.000 empleos anuales.
No cabe duda la relación directa que existe entre la digitalización de las economías y el desarrollo productivo de las regiones, sin embargo, esta realidad se ve condicionada a factores como esfuerzos estatales para consolidar una infraestructura de interconexión desde y para la región, el acceso libre a los datos, ampliar la penetración de internet (244 millones de latinoamericanos -el 38% de la población- no tienen acceso a este servicio) y generar ecosistemas de innovación que permitan la unificación del ámbito científico de investigación y desarrollo (I+D) con las necesidades del sector productivo y empresarial. Es clave que se encuentre esa vía de comunicación entre la academia y la industria.
En definitiva, la CAF calcula que el monto de inversión en la región debería ascender a USD 160.000 millones hasta 2025 para generar una democratización de la tecnología, ya que actualmente el acceso a servicios TIC puede suponer hasta el 40 % de los ingresos de los hogares de menores recursos.
Si bien estos antecedentes marcaban la necesidad de Latinoamérica por cerrar la brecha digital existente con otras latitudes, la crisis sanitaria y económica proveniente de la pandemia -con empresas totalmente paradas y sin respuesta ante el trabajo remoto y en ocasiones automatizado que se requiere-, aceleró el paso hacia la transformación digital como la única salida para mantener las organizaciones a flote, pasando de ser un deseo futuro a un requisito fundamental presente.
CAF, CEPAL, DPL y Telecom Advisory Services, desarrollaron un estudio titulado “Las oportunidades de la Digitalización en América Latina frente al COVID-19”, donde señala que el COVID-19 replantea prácticas sociales y sistemas productivos que hasta finales del año pasado se daban por normales.
En este camino hacia un ecosistema de negocios digital, será clave el compromiso de la gerencia y líderes de las organizaciones para repensar la experiencia que tienen para estas tres áreas: producto, clientes y su ecosistema, y el talento humano de su compañía.
En este análisis y replanteamiento de la operación corporativa, sin duda la adquisición de tecnología como habilitador será un aspecto fundamental y estratégico, analizando -junto a su proveedor tecnológico de confianza- dónde, qué y por qué se requieren soluciones TIC para aumentar la rentabilidad de las empresas.
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