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La felicidad es un concepto amplio, subjetivo y relativo; sin embargo, Ramírez plantea que el bienestar puede definirse en tres grandes estadios absolutamente vinculados entre sí: social, organizacional e individual, por lo que se requiere un modelo de gestión gerencial de carácter integral, que promueva el desarrollo de la conciencia para liberar satisfacción y plenitud colectiva e individual en los distintos ámbitos del ser humano.
En el ámbito organizacional, el objetivo es generar valor a los mercados, a través de estrategias de negocios y de gestión humana que permitan generar satisfacción y bienestar en los miembros del equipo (clima y cultura organizacional) a través de filosofías, herramientas y procesos que potencian el desarrollo y la conciencia humana, los mismos que generan comportamientos excepcionales.
Ramírez sostiene que las organizaciones buscan además del bienestar individual y social, cumplir con un objetivo de perdurabilidad. Humanizar las organizaciones a través de una transformación cultural basada en valores, posibilita que una empresa se convierta en una marca empleadora aspiracional, por lo que vincula a los mejores talentos.
Las organizaciones tienen sus propias metas y las personas también; entonces lo que hay que hacer es tender puentes y ser parte del proceso de crecimiento y desarrollo personal y profesional del colaborador; de esta manera, las personas se quedarán en las organizaciones que les permitan alcanzar sus objetivos en los diferentes ámbitos de la vida. Esta combinación entre los objetivos empresariales e individuales, crean un entorno de bienestar que bien puede llamarse felicidad, dice Ramírez.
Para ejecutar un proceso de transformación cultural es necesario contar con la suficiente determinación y valentía, ya que como su nombre lo explica, es un proceso radical de cambio en las bases de actuación y comportamiento humano de la organización, ya que los valores se deben vivir minuto a minuto por cada miembro de la empresa.
Los programas de transformación empiezan con una redefinición del Plan estratégico de negocios, atraviesa a los objetivos, estrategia, estructura, competencias, comportamientos, hasta llegar a los valores organizaciones, los mismos que determinan los principios de actuación de la empresa.
Finalmente, Ramírez menciona con el propósito de promover y desarrollar una nueva cultura organizacional se debe realizar actividades de formación, de igual manera, se identifican a los promotores del cambio, quienes se convierten en agentes activos para la consolidación de los programas de transformación cultural, permitiendo así llegar a toda la esfera corporativa.