Basado en los estudios de la OCDE, Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, una persona feliz es más productiva y más comprometida en el trabajo, se ausenta menos y genera más utilidades para los accionistas, señala Lamka. De modo que el reto es concebir la felicidad de los colaboradores como parte de los procesos de una organización.
En la gestión del cambio
Las empresas ecuatorianas están experimentando procesos de transformación que involucra un cambio tecnológico, generacional y cultural, sin embargo, muy pocas empresas gestionan efectivamente el cambio, apunta Lamka. Si consideramos que la gestión de cambio es el arte de empoderar a las personas de una organización para volverlas entusiastas frente a la incertidumbre del cambio y convertirlas en agentes positivos, para disminuir la resistencia tendremos como resultado que los usuarios e impactados estén más satisfechos en su trabajo. Pero sostiene que la felicidad es un tema más profundo e integral a toda la empresa y requiere de un cambio cultural y una gestión de cambio propia que siga algunas pautas: un diagnóstico, el empoderamiento de los agentes de transformación interna, el uso de herramientas especiales de liderazgo, la participación en el cambio cultural de los colaboradores y finalmente el monitoreo y medición de la adhesión al cambio.
Iniciativas que buscan transformar
Cambiar el paradigma del miedo y el castigo en las organizaciones donde los colaboradores generalmente no son felices es el horizonte para muchas empresas en el mundo y en Ecuador. Algunas se han sumado a distintas iniciativas que promueven el cambio cultural donde la felicidad es un diferenciador para la transformación. Uno de ellos, por ejemplo, es el movimiento de empresas B que promueve formas de organización económica donde el éxito se mida por el bienestar de las personas, la sociedad y la naturaleza. Desde su creación en 2012, la región cuenta con alrededor de 350 empresas B y aunque en Ecuador son pocas aún, ellas trabajan con el propósito de generar cambios positivos en la sociedad y sus empleados son a menudo más felices que en otras empresas, indica Lamka.
Para David Lamka hay que vivir la felicidad y crear las condiciones necesarias que aporten a que los colaboradores alcancen un buen desempeño como lo hacen grandes empresas tecnológicas como Google que han desarrollado modelos, donde priorizan la felicidad de su gente y al mismo tiempo buscan un altísimo rendimiento. Pero primero lo primero, dice Lamka, seamos felices en nuestros trabajos para ampliarla al resto de la empresa.
“Los líderes son los que necesitan cambiar el paradigma, transformarse en líderes inspiradores que ayudtan a sus colaboradores a comprometerse con su trabajo y que encuentren felicidad y pasión en su día a día”.