La Transformación Digital es una combinación de varios elementos: organización, personas, procesos y tecnología; y como toda metamorfosis empresarial requiere de una ágil y práctica gestión del cambio cultural y ante este nuevo desafío el Chief Human Resources Officer, CHRO y el Chief Information Officer, CIO serán aliados para liderar y gestionar el cambio cultural empresarial.
El CHRO y el CIO con perfiles distintos, ahora tienen que cooperar y complementarse para cambiar la cultura organizacional. La interacción como aliados estratégicos debe ser desde el momento cero, es decir en la definición de la estrategia digital, objetivos, influenciadores, planes de acción, etc., además considerar de forma transversal como la cultura apalanca o frena la ejecución de proyectos digitales.
El cambio de cultura acerca al CIO a RRHH. Por un lado, el CIO se convierte en un habilitador estratégico, colabora con la mejora de la experiencia de cliente, del empleado y en la mejora de los procesos de la organización, mientras que el CHRO integra en un modelo abierto de colaboración, participación entre diversas generaciones, atrae talento digital, facilita la formación digital y logra retener el talento digital.
En un contexto volátil, incierto, complejo y ambiguo (Vica) con cambios continuos, una cultura proactiva y adaptable es un activo fundamental y los directores de Sistemas de Información y RRHH desempeñarán un papel clave en el cambio de ADN de los empleados, mutando del mindset analógico al digital.
Los CIO son los nuevos responsables del cambio de cultura en las empresas según Gartner, y su papel será tan importante como el de los directores de Recursos Humanos. De forma tradicional la misión, los valores y los comportamientos de los empleados de una organización suelen ser competencia de los profesionales de RRHH, la función entre el CIO y el CHRO puede ser la fórmula ideal y equilibrada para conseguir que las iniciativas implementadas por TI como nuevas herramientas digitales, plataformas tecnológicas para automatizar procesos, análisis de la data para la toma de decisiones y demás desafíos actuales, sirvan de habilitadores para que los empleados impulsen sus comportamientos y conocimientos digitales.
Recordemos que finalmente las personas de una organización, son las que hacen que las cosas sucedan, y cuando vayamos a invertir tiempo, dinero, esfuerzo para lanzar un nuevo modelo de negocio o proceso apoyado con tecnología, que podría parecer una excelente opción de incremento de productividad, si los empleados no la entienden y no la usan, simplemente caerá en un proyecto fallido debido a que los empleados se mantuvieron en su zona de confort conocida.
Por lo tanto, el CIO se convierte en un habilitador del proceso de conversión digital de los empleados, que es la base de la transformación digital de la empresa que será percibida por clientes y proveedores en el exterior de la misma.
La conclusión es que los CIO+CHRO deben comenzar con el cambio de cultura cuando se da inicio a la transformación digital, no esperar a abordarlo más tarde, ya que la resistencia podría ser un gran obstáculo para avanzar en la construcción de la empresa digital, además de afectar el uso y adopción de las nuevas herramientas digitales que se proporcionen a los empleados.