El liderazgo en las organizaciones cambia para aprovechar las oportunidades que ofrece la llamada era digital. Ernesto Noboa Vallarino, PhD en Dirección de Empresas del IESE Business School y director Académico de la Escuela de Dirección de Empresas, IDE, señala que la influencia y habilidades percibidas como prioritarias para liderar una organización tienen nuevos esquemas y preocupaciones.
Como por ejemplo, competir con modelos de negocio disruptivos, nuevas y mejores habilidades para ampliar su participación en el mercado, la pérdida de relevancia de productos o servicios en periodos más cortos de tiempo, y la capacidad suficiente para mantenerse al día con las nuevas tecnologías.
Aunque la transformación tecnológica y la generación de activos digitales en la organización son obligaciones de un ejecutivo responsable, ésta no es la única dimensión de su liderazgo. Para Noboa, el liderazgo digital, además de involucrar el conocimiento digital, incluye saber aprovechar eficiente y eficazmente el tipo de comunicación actual, primordialmente digital; gestionar la data que generan las empresas, aprovechar la tecnología para disminuir costos y gastos; aumentar ventas, mejorar la satisfacción de sus colaboradores pero también combinar temas relevantes que no pierden relevancia como el aprendizaje continuo, la orientación al cliente y la visión estratégica.
En un artículo de la revista Alumni del IESE Business School, los profesores E. Káganer, J. Zamora y S. Sieber, más que combinar y complementar las habilidades del liderazgo tradicional y digital, las fusionan de manera muy clara, como uniendo ambos extremos de un espectro, comenta Noboa Vallarino.
Y sostiene que de los líderes de hoy se necesita que al mismo tiempo aporten su propia visión pero también cedan poder a los colaboradores, cedan control pero diseñen opciones, sean prudentes pero disruptivos, se apoyen en datos pero confíen en la intuición, y sean escépticos pero abiertos de mente.
Concluye que un líder en el mundo actual requiere habilidades nunca antes pensadas en una solo persona, la habilidad de fusionar habilidades aparentemente opuestas, o consideradas opuestas en el liderazgo tradicional.