Por: Alex Pope y Ricardo Duque*
En la era de los negocios digitales, un segundo hace toda la diferencia. Al reducir el tiempo de carga a su página web en sólo un segundo, las ventas en línea de Walmart EE.UU. aumentaron un 2% en 2016. De la misma manera, al reducir de cinco a dos segundos el tiempo de carga de la página de recolección de fondos para su campaña, en 2011 Barack Obama logró un aumento del 14% en donaciones en línea. Por detrás de resultados como estos, hay soluciones que contribuyen a la CX (experiencia de cliente) perfecta, capaz de encantar al consumidor y garantizar su conversión.
Desde esta perspectiva, crece cada día la importancia estratégica de las soluciones de Edge Computing – modelo en el que la calidad de la experiencia del usuario (velocidad) no se mide en segundos, sino en milisegundos. Un informe publicado por Gartner en 2017 señala que, para el año 2022, el 75% de los datos corporativos serán generados y procesados por los entornos de Edge Computing. Esta tendencia es confirmada por un estudio realizado por Grand View Research: para el año 2025, el mercado de Edge Computing alcanzará la marca de los US $ 3,24 mil millones.
Esta tendencia, sumada a la diseminación de dispositivos móviles (smartphones, tablets) – la base de donde el streaming de video será accedido – hace que sea necesario llevar el procesamiento a los extremos de la red.
Es parte de este cuadro, también, la implementación de ambientes IoT – plantas industriales, empresas rurales, etc. – que necesitan ejecutar el procesamiento fuera del centro de datos. Esta interdependencia entre la diseminación de la IoT y el Edge
Computing es confirmada por el informe de Business Intelligence Report que muestra que hasta 2020, 5.600 millones de dispositivos IoT estarán conectados a estructuras de Edge Computing.
La misma lógica se aplica a Latinoamérica y Brasil.
Extremadamente heterogénea, esta región incluye países con estructuras más digitalizadas como Brasil, México y Chile y regiones que todavía están cuatro o cinco años desfasadas en relación a esa tendencia, entre estas Colombia y Ecuador. Brasil es hoy el cuarto mayor mercado mundial de Netflix, luego seguido por México. La penetración de Internet (ubicaciones atendidas por proveedores de servicios de Internet, operadores de telecomunicaciones, etc.) en Brasil, México, Ecuador y Chile es de alrededor del 90%. En otros países de América Latina, la marca se sitúa en torno al 60%, donde se encuentra Colombia.
Otro vector del crecimiento del Edge Computing es la diseminación de redes sociales en la región. Los datos de Hootsuit a Enero de 2018 indican que el 63% de la población de América Latina es usuaria de redes sociales; los países con mayor incidencia son Argentina (76%) y Chile (77%), seguido por Ecuador (66%), Colombia (63%) y Brasil (62%).
Hay hoy en Latinoamerica, miles de Proveedores de Servicios de Internet (ISP) distribuidos por ciudades medianas y pequeñas en todos los países: estos proveedores de servicios son, en la práctica, otros vectores de la diseminación de la infraestructura Edge Computing. Para que esta expansión ocurra, estas empresas están contratando soluciones de data centers modulares, caracterizados por una estructura prefabricada / prediseñada que contiene todo lo esencial para montar un centro de datos.
*Alex Pope es Director de Sistemas de Edge Computing de Vertiv y Ricardo Duque es Vicepresidente de Canales de Vertiv Latinoamérica