La compañía tecnológica china ZTE ha anunciado el cese de “sus principales actividades operativas” ante la imposibilidad de comprar componentes a empresas estadounidenses. La empresa se convierte en una de las primeras víctimas del creciente conflicto comercial entre China y Estados Unidos, que tiene un importante trasfondo tecnológico.
La administración estadounidense anunció hace tres semanas que prohibía a sus empresas hacer negocios con ZTE durante los próximos siete años, una represalia por el incumplimiento por parte de la empresa china de una sentencia en la que se declaró culpable de vender tecnología a Irán y a Corea del Norte. La decisión ha puesto al fabricante de teléfonos móviles en una situación muy delicada porque varios de sus principales proveedores, entre ellos la firma de semiconductores Qualcomm, son originarios de este país.
Tras investigaciones, la compañía china fue declarada en 2017 culpable de haberse saltado embargos y fue obligada a pagar una multa de 1.200 millones de dólares. También a tomar acciones contra los empleados que violaron la normativa, algo que no cumplió. Pero la administración estadounidense decidió el pasado mes tomar esta medida drástica.
Entretanto, estas medias se están visibilizando, esta semana ya no se podía comprar ningún teléfono móvil de ZTE ni a través de su página web oficial ni de otros canales de venta en línea, como su página oficial en Tmall, uno de los portales de Alibaba. En vez del habitual catálogo de productos, se ve una imagen de un grupo de personas remando al unísono y se advierte que la página está “en construcción”.