Los casos llevaron al Gobierno surcoreano a realizar una investigación en 2007 y 2008, donde se concluyó que las plantas de Samsung no tuvieron responsabilidad en dichas enfermedades.
Las continuas presiones de diversos grupos sociales obligaron a Samsung a pronunciarse públicamente sobre el asunto. La empresa admitió que a veintidós empleados que trabajaron en sus plantas de producción de chips se les diagnosticó linfoma o leucemia y señaló que diez de ellos fallecieron entre 1998 y 2010.
Samsung resaltó, de todos modos, que los químicos que se usan en las líneas de producción no causaron dichas enfermedades ya que los trabajadores están protegidos con ropa especial.
“Lamentamos profundamente la pérdida de seres queridos y hemos cooperado activamente con las investigaciones epidemiológicas, que concluyeron que no hubo radiaciones”, comentó el presidente de la unidad de Memorias de Samsung, Cho Soo-in, en declaraciones recogidas por Reuters.
El directivo reconoció que Samsung debería haberse pronunciado públicamente antes para “frenar las especulaciones” y agregó que la empresa “hará todo lo posible para mejorar el ambiente de trabajo y comunicar mejor a partir de ahora”.