Esta sería una nueva forma de acceder de forma fraudulenta a los datos personales de los usuarios, según publica InformationWeek. Según Noah Fierrer, autor principal del estudio: “el cuerpo está cubierto con bacterias dentro y por fuera», y además «su diversidad es realmente increíble”, lo que permite identificar sin problemas a los usuarios de los equipos.
La nueva técnica de identificación plantea riesgos para la privacidad. En este sentido Fierrer ha declarado que «actualmente no existen restricciones sobre el uso de bacterias humanas asociadas a identificar a las personas». Este vacío deja abierta la puerta a una nueva forma de vulnerar la privacidad en la red.
Para la investigación los científicos tomaron muestras de ADN bacteriano de tres ordenadores personales y los compararon con las bacterias que encontraron en los dedos de los propietarios de los equipos. Según el estudio, la precisión es de entre un 70% y un 90% y Fierer espera que “mejore a medida que se perfecciona la técnica”.