Esa gran cantidad de usuarios provoca que el servicio sea cada vez más complejo, y eso se nota en la velocidad con la que se cargan las páginas web del servicio, que puede llegar a tener problemas ante la avalancha de peticiones simultáneas.
Para tratar de suavizar su funcionamiento en Facebook se han centrado en tres grandes aspectos que influyen en la carga de páginas: el tiempo de red (cuánto espera el usuario a que se transmitan los datos), el tiempo de generación (cuánto tarda en responder el servidor a la petición) y el tiempo de render (el tiempo que el servidor procesa la petición y la renderiza para ofrecer la página resultante).
El post es interesante porque muestra las técnicas que se han usado para reducir los tiempos en estos tres casos, y pueden servir para tenerlos en cuenta también en otras implantaciones en las que obviamente la rapidez de carga es esencial.