La pequeña llave USB contiene un chip WiFi 802.11n que será perfecto para aquellos usuarios de PCs y portátiles que no disponían de WiFi o que solo tenían soporte para redes 8 02.11b/g. La solución de D-Link sorprende por sus reducidas dimensiones, que hacen que la movilidad y comodidad de nuestros netbooks y portátiles no se vea comprometida, y que la llave apenas se vea en ordenadores de sobremesa.
El adaptador dispone además de un pequeño botón en su parte trasera que sirve para configurar la tecnología WDS (Wi-Fi Protected Setup) para conectar nuestro equipo a otros productos con WDS, lo que facilita la puesta en marcha de redes inalámbricas personales en las que la transferencia de archivos y documentos es mucho más sencilla.
El único problema de este adaptador reside precisamente en su pequeño tamaño: la antena integrada es igualmente pequeña, lo que hace que la recepción de la señal comience a ser algo pobre a medida que nos vamos alejando del router o punto de acceso al que la tenemos conectada.
De hecho, la recepción es excelente cuando nos encontramos en un rango de unos 5 metros del router, pero si nos vamos alejando veremos cómo las tasas de transferencia se ven perjudicadas rápidamente. En ese rango inicial obtuvimos tasas de transferencia de unos 60-70 Mbps, pero a medida que ibamos distanciándonos y poníamos más y más paredes por medio la tasa bajaba, y a unos 15-20 metros se redujo a unos 10 Mbps.
El precio de esta llave es de unos 40 euros según el distribuidor al que accedamos, lo que la sitúa en un rango de precios discreto, pero si lo que buscamos es comodidad, será difícil que encontremos un producto más adecuado.